Gobierno y Podemos mantienen el impuesto a la banca para 2019 y aprueban la ‘tasa Tobin’
Un 0,2% por cada transacción financiera de empresas que capitalicen más de 1.000 millones
El documento no indica cuánto espera recaudar con este impuesto
El impuesto de transacciones financieras se pone en marcha en España después de haber sido lárgamente anunciado, tras el acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado al que han llegado este jueves Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Además, un impuesto a la banca con carácter general no se descarta, pero se aplaza para 2019.
Según el documento de acuerdo entre PSOE y Podemos, «se creará un Impuesto de Transacciones Financieras, consistente en gravar con un 0,2% las operaciones de compra de acciones españolas ejecutadas por operadores del sector financiero. Solamente se someterán a tributación al 0,2% las acciones emitidas en España de empresas cotizadas cuya capitalización bursátil sea superior a 1.000 millones de Euros. No se gravará la compra de acciones de pymes y empresas no cotizadas», asegura el documento de acuerdo presupuestario, que también señala que «quedan fuera del ámbito del Impuesto la deuda, tanto la pública como la privada, y los derivados». El texto añade que se trata de «una medida que proponen e impulsan 10 países de la UE». De hecho la ministra de Economía, Nadia Calviño, ya anunció que se fijaría en el impuesto de transacciones financieras francés para tratar de imitarlo.
Hay que recordar que este impuesto de transacciones financieras, la conocida como ‘tasa Tobin’, al igual que todos los PGE, necesita para aprobarse del apoyo en el Congreso de los Diputados de partidos nacionalistas como PNV, ERC y PdeCAT. Mientras que el apoyo de ERC y otros partidos periféricos está garantizado, existen notables dudas sobre la postura que mantendrá el Partido Nacionalista Vasco, tradicional defensor de intereses de empresas con sede fiscal en Euskadi como son BBVA, Iberdrola o Kutxabank.
Además, la promesa de retomar el impuesto a la banca en 2019 añade incertidumbre al sector bancario, pendiente desde ahora y mientras se mantenga el ejecutivo socialista de una espada de Damocles fiscal que podría caer sobre el sector el año que viene. Fuentes bancarias han reconocido en ocasiones que los impuestos a la banca no causan daño reputacional a ningún gobierno y menos a uno apoyado por formaciones de izquierdas.