¡Cuidado! No despertemos al monstruo

¡Cuidado! No despertemos al monstruo

Este verano, mientras los confiados españoles nos hemos bañado en las gélidas charcas o en las atestadas playas, poniéndonos ciegos a refrescos, cañas y paellas y entreteniéndonos con cortinas de humo en el plano mundial como las Olimpiadas y en el nacional con producto «denominación de origen» como ‘Las Campos’ y el mediocre programa de ‘MHyV’, los políticos han seguido a lo suyo, haciendo como que discuten entre ellos. Eso que llaman negociaciones no es otra cosa que ganar tiempo para ver cómo se van repartiendo el pastel delante de nuestras narices. Desgraciadamente, cada vez nos acercamos más al estado de muchos países de Sudamérica donde la ignorancia, la mediocridad, la sumisión y manipulación están a la orden del día, tomando las calles, las piscinas, las playas, los bares, las televisiones, los  centros educativos… y nosotros tan tranquilos, a verlas venir.

El nivel educativo es bajo porque todos estamos contribuyendo a que así sea. La ley del mínimo esfuerzo llegó hace tiempo para quedarse y a los de arriba les viene de perlas, porque a ellos un pueblo ilustrado no les interesa, y así estamos, gobernados por mediocres, que solo miran por sus intereses haciéndonos creer lo contrario. El panorama es preocupante. Al pobre sistema educativo que tenemos se le unen determinados medios de comunicación expertos en repartir la ignorancia, decidiendo de qué informar y de qué no, recordando cada vez más a la antigua Inquisición.

La taravisión se ha convertido en nuestro gran educador, sobre todo de nosotros, los jóvenes, dictándonos qué comer, qué beber, cómo vestir, cómo hablar y, lo peor de todo, cómo pensar. Hoy en día tienes que estar muy seguro de ti mismo y tener claro que en muchas ocasiones estarás solo, intentando seguir tus principios, para no caer en las garras de la mediocridad, para no perder tu personalidad e incluso tu dignidad e identidad. ¿Dónde están los programas educativos, culturales y familiares que tanto se necesitan? ¿Para qué pagamos televisiones públicas? ¿Dónde está el apoyo al talento, la innovación y la investigación? “Mejor solo apoyamos al deporte, que eso no nos hace daño».

A estos de arriba les interesa un pueblo sumiso; por eso nos contentan permitiéndonos hacer botellones. Así nos creemos que somos libres de hacer lo que queramos, sin darnos cuenta de que así nos mantienen anestesiados. «Para qué vamos a pensar si ya lo hacen ellos por nosotros» -qué ignorantes-. «El pueblo a beber, a trabajar por cuatro euros y a cobrar los 400€ de ayuda, mientras nosotros nos repartimos el bacalao». Nos conformamos con lo que hay convirtiéndonos en sus cómplices, porque es lo que nos venden continuamente como un mantra: «Crisis, crisis, nosotros os sacaremos, nosotros os sacaremos, ya os hemos sacado, ya os hemos sacado, el cambio, el cambio, el progreso, el progreso». Menudo progreso. Estamos tan dormidos que tranquilamente seguimos fomentando el deterioro político, económico, cultural, educativo, científico y social de España. ¿Para qué despertar al monstruo, si así les va de cine?

Lo último en Opinión

Últimas noticias