Sánchez dimite: «Hoy más que nunca hay que estar orgullosos de militar en el PSOE»
Pedro Sánchez anuncia su dimisión a los periodistas despidiéndose con un «gracias». A puerta cerrada y ante los suyos dijo: «Orgulloso de militar en el PSOE». Sánchez cumple con su palabra y dimite, o más bien su propuesta fracasa y se constituye una gestora que le obliga a dimitir.
Su órdago hacia los críticos no funcionó y con una amplia mayoría se aprueba la constitución de una gestora que pilote las riendas del partido. Esto no implica, como Sánchez sigue diciendo, que se dé la abstención a Mariano Rajoy y que el PSOE pase a ser ‘el partido subordinado’. El debate comienza ahora y muchos críticos aseguran que están en contra de la abstención.
Cabeza firme, gesto serio. Sánchez sale decidido a la sala de prensa y mira al frente hacia las teles que le graban para que la voz no le tiemble como la noche anterior. «La razón por la cual anuncio el Congreso Extraordinario con las primarias es porque entendí, dadas las discrepancias, que la voz tenía que ser dada a los militantes para asumir una decisión de cara a la investidura», explica. «Desgraciadamente, el resultado de la votación ha sido adverso y, en consecuencia, sino prosperaba lógicamente no podía administrar una decisión que no compartía», continúa Sánchez.
«Como dije ayer, mis padres me enseñaron a sostener la palabra y también lo he hecho con firmes convicciones. Por tanto he anunciado al Comité Federal mi dimisión de la Ejecutiva Federal y de mi persona como secretario general», zanjó. El ya ex líder del PSOE hizo un llamamiento a los «socialistas de corazón» para decirles que «hoy más que nunca hay que estar orgullosos de militar en el PSOE». Afirmó que la comisión gestora que surja contará con su apoyo leal.
El economista que soñó con La Moncloa
Sánchez ha puesto fin, a sus 44 años, a su etapa de secretario general del PSOE, después de una trayectoria política en la que pasó de diputado raso a secretario general del partido y a aspirar en dos años a ser presidente del Gobierno. El sueño llegó hasta ahí.
Este madrileño del barrio de Tetuán, nacido el 29 de febrero de 1944, se licenció en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense, después de estudiar en el instituto Ramiro de Maeztu, de donde le viene su pasión por el baloncesto y el equipo del Estudiantes, en cuya cantera jugó hasta los 21 años. Aunque optó por los números para labrarse un futuro, desde joven le inculcaron en casa el interés por la política.
Su padre, Pedro, militante del PSOE, fue gerente del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música durante la etapa de Carmen Alborch. Su madre, Magdalena, funcionaria de la Seguridad Social y universitaria tardía, le contagió la admiración por Felipe González. ¡Quién le iba a decir a él!
Tras licenciarse en la carrera en 1995 y hacer la mili, se puso por primera vez en la lista del desempleo y obtuvo un primer trabajo en una asesoría fiscal donde ganaba 40.000 pesetas ‘en negro’, como él reveló en la pasada campaña electoral. «Pensaba que me interesaba el mundo empresarial, pero me di cuenta que lo que me interesaba era la política», confesó Sánchez.
Sus contactos de sus viajes a Estados Unidos (trabajó en una empresa financiera), Bruselas (hizo un máster de Economía Política), Bosnia (fue jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas) le abrieron la puerta de Ferraz, donde fue asesor de Economía de la Ejecutiva Federal entre 2000 y 2004. En septiembre de 2009, con José Luis Rodríguez Zapatero de presidente, subió un nuevo escalón en su carrera política al pasar a ocupar el escaño que dejó vacante el exministro de Economía Pedro Solbes.
Su primer paso por el Congreso le permitió foguearse en algunas comisiones y granjearse la confianza de personas como Alfredo Pérez Rubalcaba, que lo integró en su equipo en la campaña electoral de 2011.
Pero el destino volvió a hacerle un guiño y en enero de 2013 regresó al Congreso como diputado para sustituir a Cristina Narbona. A finales de ese año, Rubalcaba le encomendó recorrer España para informar de las conclusiones de la conferencia políticas del PSOE y durante su misión, algunas agrupaciones le animaron a presentarse a las primarias para ser candidato a presidente del Gobierno.
En julio de 2014, fue elegido líder del PSOE tras derrotar en las primarias a Eduardo Madina y a José Antonio Pérez Tapias. Un enfado inesperado del destino (entre Susana Díaz y Eduardo Madina) hicieron a Sánchez ganador a costa de los andaluces, los mismos que le han destronado. ¡Quién se lo iba a decir! En este momento convulso e histórico, Sánchez se va simplemente diciendo: «Gracias».
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