¿Adónde van a parar los aviones que ya no sirven?
Estamos acostumbrados a viajar en avión de un lugar a otro, ¿pero alguna vez te has parado a preguntar qué sucede con estos gigantescos aparatos voladores cuando dejan de prestar su servicio habitual? Algunas aerolíneas envían sus aviones viejos y/o deteriorados a países menos desarrollados, cuyos estándares de seguridad menos exigentes todavía les permiten seguir volando. Pero cuando es imposible que sigan cumpliendo con su cometido el destino es inevitable: van directos a un cementerio de aviones.
Todo buen cementerio de aviones suele estar situado en lugares desérticos o semidesérticos, sitios cálidos y secos, sobre todo para ayudar a la conservación de los aparatos voladores. Porque en un cementerio de aviones puedes encontrar prácticamente de todo. Por un lado están los aviones estropeados que permanecen estacionados allí temporalmente para ser arreglados. Y por el otro están las aeronaves que nunca más volverán a surcar los cielos. Éstas pueden ser despiezadas para aprovechar las partes que todavía pueden ser reutilizadas en otros aviones o bien permanecer inmóviles contando los días hasta que la naturaleza les haga pasar a mejor vida.
El cementerio de aviones más grande del mundo está en Estados Unidos
En el desierto de Mohave de Tucson, en Arizona, encontramos el cementerio de aviones más grande de todo el mundo. Se trata del Aerospace Maintenance And Regeneration Center, más conocido como AMARC, en cuya superficie de unos diez kilómetros cuadrados acoge más de 4.000 aviones meticulosamente ordenados, lo que da lugar a imágenes aéreas de lo más peculiares.
Este lugar se ha convertido también en un improvisado museo de historia de la aviación de los Estados Unidos, ya que en su interior se pueden ver grandes joyas bélicas del país. Entre los aviones procedentes de las fuerzas armadas norteamericanas se pueden encontrar aparatos que han transportado a presidentes o cazas abatidos por los enemigos durante varias guerras. Sin embargo, también encontramos aviones de empresas privadas e incluso de la NASA.