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‘Rehén’, una de las series más divertidas y reflexivas de la temporada

Rehén
Suranne Jones y Julie Delpy en ‘Rehén’.

Rehén es el nuevo éxito de Netflix. Un thriller político que junta a una Primera Ministra británica y una presidenta francesa (ambas ficticias, obviamente) en plena crisis internacional que tendrán que lidiar con chantajes, un complot para desestabilizar Europa y problemas personales. Cinco episodios llenos de adrenalina que convierten a esta producción creada por Matt Charman, (nominado al Oscar por su guión en El puente de los espías) en una de las más entretenidas de la temporada. Una opción perfecta para divertirse y también reflexionar. Cierto es que Rehén tampoco inventa la rueda. Intenta hablar del peligro de los populismos de la manera más popular posible (al fin y al cabo es un producto de masas) pero sin caer en lo banal. Recuerda a otras muchísimas series pero el resultado (a pesar de un final previsible y muy forzado) es más que satisfactorio.

Dos líderes y un chantaje

La idea base es jugosa: una Primera Ministra británica, Abigail Dalton (a la que da vida Suranne Jones) se enfrenta a una crisis de medicamentos en su país. Ella, de ideas progresistas, ha desviado el presupuesto de Defensa a favor de la Sanidad pero, aún así, muchas medicinas fundamentales no llegan a Reino Unido. Es por ello que la protagonista pedirle ayuda a la presidenta francesa Vivienne Toussaint (la siempre maravillosa Julie Delpy). Ésta llega al número 10 de Downing Street para preservar sus propios intereses y exigir (a cambios de las medicinas) que las fuerzas fronterizas y los soldados franceses estén estacionados en suelo británico.

Rehén
Suranne Jones y Julie Delpy en ‘Rehén’.

Todo esto se complica cuando el marido de la británica (que trabaja en Médicos sin Fronteras) es secuestrado en Guayana Francesa. El chantaje es simple: la Primera Ministra tendrá que dimitir o el padre de su hija será ejecutado. Como su esposo está en territorio francés, Dalton le pide ayuda a Toussaint y ésta, que un principio accede, también es  extorsionada, por lo que la trama se volverá más tensa.

Política para todos

Rehén es una mezcla un tanto básica de series recientes como La diplomática, Guardaespaldas y un poco de la clásica 24. Un thriller político al uso pero que intenta profundizar en una sociedad dirigida por el populismo de las redes sociales , la manipulación informativa y los vaivenes ideológicos en pos del contento mayoritario

El año pasado, una de las mejores series que se pudo ver fue la francesa La fiebre. A pesar de un final más que mejorable, esta ficción planteaba muy bien el discurso sociológico del dominio de la información enfrentando a dos mujeres de ideología distinta luchando por el control de la opinión pública. Rehén bebe mucho de esta propuesta y centra su mayor logro en el cara a cara de los dos personajes principales.

Rehén
Suranne Jones en ‘Rehén’.

Duelo de Titanes

Por un lado tenemos a Suranne Jones, una de las actrices más solventes de la televisión británica actual , a quien el creador de la serie le escribió este papel a su medida. Está, como siempre, impecable. Y enfrente nos encontramos a la gran Julie Delpy. Quizá no sea la mejor interpretación de la francesa (parece demasiado acartonada por momentos) pero su sola presencia llena la pequeña pantalla.

Rehén va a toda velocidad. Hay mil giros y sorpresas. También echa mano de los códigos básicos de las telenovelas pero lo hace para juntar al mayor número posible de espectadores mientras se reflexiona sobre la banalidad de nuestra ideología.

También hay situaciones en el guión del todo inverosímiles (el capítulo final casi en su totalidad) pero se le perdonan. Rehén es lo que deberían ser todas las series populares: divertidas pero con poso.

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