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Un periodista del Daily Mail acusa a la mujer que inspiró ‘Mi reno de peluche’ de acosarle

La serie está basada en la historia real de su creador, Richard Gadd, quien fue acosado durante años

Fiona Harvey, la supuesta acosadora real, se ha defendido ante la prensa

Reno de peluche
El periodista Neil Sears y Fiona Harvey, la mujer que inspiró 'Mi reno de peluche'.

Mi reno de peluche es todo un fenómeno social en Netflix y eso tiene consecuencias. Al estar basada en hechos reales, muchos espectadores sintieron la necesidad de encontrar a la verdadera Martha Scott, el personaje de la acosadora en la serie, y la encontraron. Se llama Fiona Harvey y ha sido entrevistada en un par de ocasiones. Esta mujer alegó que es inocente, que todo lo que aparece en la ficción creada por Richad Gadd (que se interpreta a sí mismo y que cuenta su propia historia) es mentira y que piensa tomar medidas legales contra Netflix. Pero ha habido otro giro de guion en esta trama real.

Y es que, Neil Sears, un periodista del Daily Mail que hizo un reportaje sobre Fiona Harvey y que llegó a entrevistarla, ha denunciado públicamente que esta mujer ha empezado a acosarlo a él de la misma manera que se muestra en la serie. Según ha relatado, se presentó inicialmente como «una abogada de éxito» y desde entonces ha estado rondando su domicilio y llamándole continuamente para cambiar repetidamente su versión de los hechos.

Mi reno de peluche es la revelación televisiva del año. Un éxito en Netflix y una de las mejores series de la historia de la plataforma. Está creada por el actor y humorista Richard Gadd y se basa en su propia historia real cuando sufrió un traumático episodio de acoso que se alargó durante años. En la ficción, el protagonista se llama Donny Dunn y su acosadora Martha Scott, interpretada por Jessica Gunning. Y aunque Gadd pidió a los espectadores que no investigasen la identidad real de Martha, muchos no le hicieron caso y se descubrió que el personaje estaba inspirado en una mujer llamada Fiona Harvey.

Mi reno de peluche
Jessica Gunning como Martha y la auténtica Fiona Harvey.

Aprovechando el tirón de la serie, el popular periodista británico, Piers Morgan, entrevistó a Fiona Harvey en su canal de YouTube. Allí, la mujer aprovechó para cargar duramente contra Gadd, el equipo de producción y la propia Netflix. Al creador de la serie le tachó de «psicópata» y definió Mi reno de peluche de ser un producto “falso, misógino, dañino y difamatorio”.

Eso sí, también confesó no haber visto la ficción entera, sólo un par de escenas y que el resto se lo han contado amigos suyos. Durante la entrevista, Harvey se contradijo en varias ocasiones. Por ejemplo, en la serie se dice que la acosadora llegó a enviar 41.071 correos electrónicos, 350 horas de mensajes de voz, 744 tweets, 46 mensajes de Facebook y 106 páginas de cartas a su víctima. Fiona, en un principio, dijo que eso era falso, pero luego reconoció que sí había mandado alguna que otra carta pero no tantas.  En redes se descubrió que la mujer tenía una cuenta oculta en X (antes Twitter) en la que están recogidos todos los mensajes que le envió a Gadd. Es decir, en vez de defenderse, la mujer se expuso más aún.

¿Vuelve el acoso?

Pero la historia se complica. Morgan no fue el único en sacar provecho de esta historia. Neil Sears, un periodista del Daily Mail, elaboró un artículo sobre el caso llegando también a entrevistar a Fiona Harvey. Poco tiempo después de esto, Sears ha denunciado públicamente que Harvey ha comenzado a acosarle tras la publicación del artículo sobre su experiencia con ella. Según ha relatado, se presentó inicialmente como «una abogada de éxito» y desde entonces ha estado rondando su domicilio y llamándole continuamente para cambiar repetidamente su versión de los hechos.

Jessica Gunning en ‘Mi reno de peluche’.

Crítica de ‘Mi reno de peluche’

Donny (Richard Gadd) es un aspirante a cómico fracasado que trabaja como camarero en un bar. Un día aparece por allí Martha (Jessica Gunning) una mujer obesa y triste por la que Donny siente lástima, por lo que la invita a un té helado. Este gesto amable desencadena una obsesión enfermiza en ella, quien hará todo lo imposible porque su nuevo príncipe azul sea suyo. Y hasta aquí se puede leer sin hacer demasiados spoilers (a partir de ahora sí hablaremos de algunos detalles de la trama, advertidos quedan).

Mi reno de peluche
Richard Gadd en ‘Mi reno de peluche’.

Lo que comienza como la típica historia del intruso que amarga tu vida, pronto empieza a mostrar sus aristas. Esto no sólo va del clásico chica se obsesiona con chico y termina en un baño de sangre. No, desde el arranque vemos que él no es la víctima perfecta (nadie lo es): es un cobarde, avergonzado de sí mismo, incapaz de aceptar quién es, lo que le termina convirtiendo en un mentiroso. Pero, de repente, en el capítulo cuatro (de siete en total y de media hora cada uno) descubrimos algo que nos pone los pelos de punta y que abre un melón absolutamente necesario en los tiempos que corren.

Mi reno de peluche
Cartel de ‘Mi reno de peluche’.

Uno de los temas principales de Mi reno de peluche es el abuso sexual y sus consecuencias, pero aquí existe una particularidad poco vista: la víctima es un hombre adulto. Esto le ocurrió al propio Richard Gadd; un mentor suyo- un guionista de renombre- le drogó y le violó en repetidas ocasiones con promesas vacías de éxito. Y como muchos, el abusado no sólo no denuncia, sino que acepta los hechos y asume la culpa. A esto se le une su género y la vergüenza que da eso que llaman masculinidad frágil.»Tengo miedo a que penséis que soy menos hombre», les dice Donny a sus progenitores en un momento dado (la respuesta del padre es brutal). Y es por este trauma por lo que el protagonista tampoco es capaz de enfrentarse a su acosadora y por lo que incluso, de manera muy retorcida, promueve el comportamiento de su verdugo.

Mi reno de peluche
Pantallazo de ‘Mi reno de peluche’.

Y no es hasta que el personaje admite el placer que le provoca el sabotaje y cómo su violador rompió su autoestima en mil pedazos, que empieza a ver la luz. Pero no es tan fácil. Con unos giros de guion muy bien manejados y controlados en el tiempo, Mi reno de peluche nunca pierde ese tono cínico de humor negro que pasa de ser incómodo a casi insoportable. Capítulo a capítulo, la historia va in crescendo y nos lleva por un amplio mapa de grises donde lo único que el espectador ha de aprender es que, si están mal, tienes que pedir ayuda; que todos tenemos responsabilidad en nuestra vida, pero no siempre la culpa; que no es necesario ser inocente y perfecto para que te valoren como víctima y que, si estamos heridos, somos presa fácil para los depredadores. Espero, de corazón, que Mi reno de peluche ayude a mucha gente. Al final, eso también es lo que hace el arte.

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