Qué hacer si pillo a mi pareja espiando mi móvil
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Por extraño que puede parecer, espiar el móvil de una pareja es bastante más habitual de lo que pensamos. Independiente del motivo que haya detrás, se trata de un acto delictivo recogido en el artículo 197 de nuestro Código Penal. Hacerlo puede tener consecuencias muy graves. Si tu pareja espía tu teléfono móvil, esta es nuestra recomendación sobre lo que debes hacer.
Espiar un móvil es delito
Antes de comenzar, esto es lo que dice el Código Penal en el punto 1 del artículo 197 sobre el secreto de las comunicaciones: «El que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales, intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación, será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses».
De hecho, hay sentencias en nuestro país que han condenado a una parte de la pareja por espiar las comunicaciones de la otra. No se trata de ciencia ficción, sino de unos hechos que se dan con relativa facilidad en los juzgados. Por tanto, no es para no tomárselo en serio. Tomar el móvil de tu pareja y acceder a su información es ya de por sí bastante grave. Muchas parejas conocen el código de acceso del teléfono móvil de la otra parte porque hay un acuerdo tácito. Es decir, se parte de la confianza y ya está. Sin embargo, esto puede generar una deriva peligrosa.
En el caso de que una de las partes sospeche de cualquier tipo de asunto extraño, no tiene por qué ser necesariamente una infidelidad, esa buena confianza puede llegar a romperse. Es decir, no es lo mismo pedirle a tu pareja que mire en tu móvil de quién es el último WhatsApp que ha entrado, a que esa persona tome el teléfono a escondidas y haga un uso indiscriminado de la información. Espiar el móvil no es un juego.
Pero hay casos bastante más graves. El de parejas que instalan algún tipo de aplicación espía para conocer todo lo que va haciendo la otra parte. Desde tener acceso a las redes sociales o a las conversaciones de WhatsApp, a saber en dónde está en cada momento. Esto es absolutamente intolerable, ya que esa aplicación se instala sin el permiso de la otra parte, y la pone en completa situación de vulnerabilidad.
He pillado a mi pareja espiándome
Si descubres el acceso al información de tu dispositivo móvil, ya sea porque conoce el código PIN o el patrón de desbloqueo, o bien, ha instalado una aplicación espía, hay que sentarse hablar inmediatamente. Esto no deja de ser una ruptura de la confianza entre la pareja, en la que debe existir una comunicación que no de lugar a este tipo de situaciones.
Particularmente, considero extremadamente grave que una persona instale en el dispositivo de la otra parte una aplicación espía. Esto demuestra unas ansias de control absolutas. Y ya sabemos que esto puede generar una deriva peligrosa. Quizás para la otra parte puede llegar a suponer un juego, pero no lo es.
Inmediatamente, y si se ha descubierto algún tipo de aplicación espía, hay que pedir explicaciones sobre este hecho. Lo más probable es que las que recibas no sean convincentes, y ahí es donde debes valorar qué hacer. Quizá el hecho de plantear una denuncia sea extremo si la relación es aparentemente buena. Pero ten presente que si se ha violentado tu información, es porque no es todo lo sana que debiera.
Generalmente, la instalación de aplicaciones espía se suele darse en dispositivos Android. En iOS sería prácticamente imposible que esto ocurriera, tendría que darse unas circunstancias muy concretas, por lo que vamos a centrarnos en los dispositivos del sistema operativo de Google.
Tu dispositivo tiene una aplicación nativa llamada Google Play Protect, capaz de detectar estas aplicaciones activas espías. Simplemente, teclea Google Play Protect en la caja de búsqueda de Ajustes y actívala. Posteriormente, realiza un análisis de seguridad, que va a decirte cuáles son aquellas aplicaciones dañinas o las que se han instalado en último lugar.
Echa un vistazo y sospecha de todo aquello que no conoces. Selecciona esas aplicaciones y desinstálalas. Posteriormente, haz una copia de seguridad del dispositivo, formatéalo, y comienza de cero. Así te habrás asegurado de que no queda ni rastro de esa aplicación espía.
Quizás, si la otra parte ha mostrado arrepentimiento por el hecho, bastará con un tirón de orejas bien fuerte para que la cosa no vuelva a mayores. Pero también te advertimos que nadie, tu pareja tampoco, tiene por qué conocer tu código PIN o tu patrón de desbloqueo. No se trata de levantar una barrera ni de demostrar desconfianza. Simplemente, de que todo lo que hay en tu teléfono móvil es tuyo, de nadie más. Es un espacio absolutamente privado al cual nadie debe acceder. Solamente compartirás la información que tú estimes oportuna. Cuando se quebranta la confianza para que te lleguen a espiar el móvil, es porque hay algo que no está bien y que requiere un análisis más profundo. Es un indicativo de que algo está fallando.
Que tu pareja conozca cómo se accede a tu teléfono móvil no es nunca una buena idea. Y no por eso vas a demostrar menos amor ni confianza. Se trata de no otorgar permiso a un lugar que pertenece a un ámbito absolutamente privado.
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