Inteligencia Artificial

La IA es una revolución, ¿quién es culpable de vulnerar los derechos de autor, la IA o el usuario?

Inteligencia artificial
IA y derechos de autor
Nacho Grosso
  • Nacho Grosso
  • Cádiz (1973) Redactor y editor especializado en tecnología. Escribiendo profesionalmente desde 2017 para medios de difusión y blogs en español.

Si hay un término de moda en la actualidad, ese no es otro que el de la inteligencia artificial. La creación de contenidos se enfrenta a nuevos retos, y la inteligencia artificial pone sobre la mes, algo tan importante como los derechos de autor. Hemos tenido la oportunidad de hablar con Ignacio González Gugel, socio fundador y abogado de dPG Legal, que arroja mucha luz sobre un asunto de plena actualidad.

Inteligencia Artificial y derechos de autor

¿Cuáles son los principales delitos frente a la propiedad intelectual en Internet?

El tipo básico de delito contra la propiedad intelectual, aunque no es exclusivo de Internet, se establece en el Código Penal como la reproducción, copia, plagio, distribución o comunicación pública de contenidos creados por terceros sin consentimiento. Estos contenidos pueden ser los materiales que normalmente asociamos a la piratería, como música o películas, pero también una página web.

Adicionalmente, el Código Penal incluyó no hace tanto un artículo específico para el delito contra los derechos de autor en Internet, el 270.2, que afecta a los conocidos portales de descarga. En particular, previene que un sitio web ofrezca enlaces a cualquier contenido que esté sujeto a derechos de autor.

También podríamos mencionar el delito de neutralización de medidas de seguridad, que se puede aplicar, por ejemplo, al hackear un programa para facilitar su copia.

Quizás se haya tenido la idea de que Internet es un campo libre de leyes en cuanto a derechos de autor, ¿se va a progresivamente abandonando esta sensación?

En realidad, las leyes siempre han estado presentes, algunos de los problemas han sido el desconocimiento, la falta de herramientas adecuadas para facilitar la protección y el desinterés de algunas de las partes implicadas. Ciertamente, que haya habido sentencias relevantes en esta materia, o más bien multas, ha ayudado a que las empresas se pongan serias en este asunto. Ejemplos prácticos los encontramos en los sistemas automáticos de reconocimiento de contenido protegido que utilizan plataformas como YouTube, TikTok, Twitch o Instagram.

Esto también ha ayudado a que los propios usuarios comiencen a tomar conciencia de los derechos de autor. Y aunque sigan siendo minoría, cada vez hay más personas que se toman el tiempo para leer y entender los términos y condiciones relacionadas con las licencias de contenidos.

La llegada de la IA revoluciona todo, pero ¿cómo debemos actuar en el caso de utilizar una herramienta para crear un contenido?

Es fundamental ser vigilante y meticuloso cuando se utiliza inteligencia artificial (IA), ya que, como cualquier otra herramienta similar, debe prevenirse, controlarse y ejecutarse correctamente. Así, al aplicar la IA hay que tener en cuenta los derechos que afectan a los contenidos y el cumplimiento de las normas legales. Si se violan esos derechos, las partes perjudicadas pueden presentar una denuncia y se aplicará la ley, pero esto es independientemente de si se utiliza un sistema de IA como ChatGPT o cualquier otra tecnología, ya que ChatGPT no deja de ser una herramienta, como lo sería por ejemplo un tradicional softtware.

De hecho, ChatGPT se nutre de su propia fuente de información, ya adquirida por la compañía, en este caso OpenAI, para dar esa respuesta “humanizada” en las conversaciones con los usuarios. Y, mediante esta serie de interrogaciones, el sistema aprende, mediante Machine Learning, creando así una respuesta original y sujeta a derechos de autor. Es decir, no se nutre de internet como fuente de información para surtir estos datos, sino que tiene su propia información ya adquirida por los desarrolladores, previo pago de los correspondientes derechos de autor, para elaborar esas respuestas. Asimismo, es vital recordar que la IA debe ser ética y responsable para evitar problemas legales y de privacidad.

El derecho se enfrenta continuamente a nuevos retos, ¿supone la llegada de la IA uno más?

En realidad, no: los nuevos sistemas basados en inteligencia artificial se tratan de una herramienta más con el mismo carácter legal que cualquier otra que se utilice para crear contenidos. Esto es, no tiene personalidad jurídica propia, el responsable es el usuario o, según el caso, el creador de la herramienta. Las leyes de derechos de autor y propiedad intelectual ya se aplican a cualquier contenido generado, por lo que estas normativas ya están en vigor en el caso de la IA.

Sí existe el debate de si, al haber empleado contenido protegido en su desarrollo, la propia creación de algunas de estas herramientas (como es el caso particular de Stable Diffusion) ha supuesto una infracción de derechos de autor; y en ello están los tribunales estadounidenses.

 ¿Qué le podríamos decir a una persona que desee utilizar las herramientas de IA y no quiera meterse en ningún tipo de líos?

Utilizar estas herramientas no se aleja mucho del uso que podemos hacer de cualquier otro tipo de programa informático habitual. En el sentido de poder producir material a partir de contenidos protegidos, el usuario debe asegurarse de contar con los permisos adecuados. También hay que considerar que la IA puede producir contenidos absolutamente únicos; en esta situación, los materiales estarán protegidos por la ley.

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