El ghosting digital no es solo cosa de tiempos de Halloween
Probablemente te haya pasado en alguna ocasión, estás hablando con alguien por WhatsApp, ves que ha leído tu mensaje, se pone a escribir… y esa respuesta nunca llega. ¿Qué ha pasado? No te preocupes, se trata de algo tan habitual como el ghosting. Ahora que estamos cerca de Halloween, las historias de fantasmas están en su apogeo, y esa persona que estaba ahí… ahora ha desaparecido.
¿Qué es el ghosting?
En términos básicos, el ghosting es la práctica de cortar toda comunicación de golpe, sin aviso ni explicaciones. Hablas con alguien por WhatsApp o cualquier otra app de mensajería y, de repente, deja de responder. Además, esto suele ocurrir precisamente cuando esperabas una respuesta. ¿No te carcome la curiosidad cuando te pasa?
Un mal hábito de nuestros tiempos digitales
Antes de la llegada de las redes sociales, esto no ocurría, o al menos, no de la misma forma. Llamabas a alguien por teléfono, hablabais y nada más. Si había que cortar la comunicación de manera abrupta y había un «ahora te llamo» y esto no ocurría, no le dábamos tanta importancia.
En la época de WhatsApp, es muy fácil dejar a alguien hablando solo. Reconócelo, probablemente alguna vez lo has hecho y, seamos sinceros, puede que ni te hayas sentido mal. Sin confrontaciones incómodas, solo un silencio como respuesta. Pero, ¿cómo se siente la otra persona?
El problema es que somos masoquistas digitales
Sí, hay que reconocer que nos va la marcha. Aunque nos hagan esto, siempre nos queda la esperanza de que nos respondan, y permanecemos atentos al otro lado de la pantalla. Empezamos a hacer scroll y a repasar la conversación, buscando si hemos metido la pata o si hemos puesto un emoji confuso. Escudriñamos cada detalle, preguntándonos si hay alguna razón por la que esa persona ya no quiera seguir hablando con nosotros.
Pero la realidad es otra, cuando nos hacen ghosting , simplemente nos están diciendo, sin palabras, que no quieren hablar en ese momento. En las aplicaciones de mensajería, evadir las emociones complejas es demasiado fácil, y la pantalla actúa como un muro que, según el caso, nos viene de perlas.
No pasa nada, tampoco hay que hacer un drama del asunto. Si te hacen ghosting, puede que sea la otra persona quien esté diciendo más de sí misma que de ti. Aunque no sea agradable quedarse en ese modo fantasma, no le des demasiadas vueltas, es una epidemia digital de pleno siglo XXI.
Así que, si el ghosting se hace presente, recuerda que es más habitual de lo que pensamos. En lo personal, sigo una estrategia que no me falla, cuando se retoma la conversación, nada como una sonrisa digital como respuesta. Y si no vale la pena, desliza el dedo, borra el contacto o, al menos, siléncialo durante una buena temporada.
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