ASESINATO EN TAILANDIA

Daniel Sancho durmió una noche junto a los restos descuartizados de Edwin Arrieta en su bungalow

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El relato de Daniel Sancho sobre los hechos ocurridos en Tailandia ofrece detalles escalofriantes. El joven español durmió con los restos de su presunta víctima en su bungalow, mientras se iba deshaciendo de todos trozos del cadáver a lo largo de dos días. Tras presuntamente matar y descuartizar al cirujano colombiano, Sancho relató a la policía tailandesa que se deshizo de una parte del cadáver, durmió en el bungalow con el resto del cuerpo, y horas después arrojó al mar los últimos restos que quedaban de la víctima.

El relato de los hechos en poder de la policía tailandesa arranca el 31 de julio, con la llegada de Daniel Sancho a Tailandia y su alojamiento en el Bungalow número 6 del complejo Haad Salad Villa de la isla de Koh Phangan. Sancho se había citado en la isla con su amigo y amante ocasional, el cirujano colombiano Edwin Arrieta y para ello había reservado habitación hasta el día 3 de agosto aunque su billete de vuelta a España era para finales de mes.

Según la confesión de Sancho y la reconstrucción policial, el martes 1 de agosto el presunto asesino, tal y como atestiguan las cámaras de seguridad del establecimiento, compró un cuchillo, estropajos, productos de limpieza y bolsas de basura en un supermercado.

El miércoles día 2 de agosto Daniel Sancho acudió a recoger a Edwin sobre las 14.00 horas y ambos se trasladaron en la moto del primero, momento en que también fueron captados por las cámaras de seguridad. Ahí se pierde la pista de Edwin. El cirujano ya no volvió a responder a las continuas llamadas telefónicas de su familia, con la que conversaba todos los días en al menos dos ocasiones.

Lo que pasó dentro de la habitación

Lo que ocurrió, según Sancho, es que ambos se enfrentaron en la habitación del bungalow y tras recibir varias heridas en el brazo y la mano, Sancho golpeó con fuerza a Edwin y éste se golpeó en la cabeza. Asustado, dice, decidió descuartizar el cadáver en 14 partes y a las 21:00 de la noche compró un kayak por la astronómica cifra de 1.000 euros en un puesto de alquiler. A unos 600 metros de la costa, Sancho arrojó al mar todos los restos del cuerpo que le cabían en la mochila de lona que usó para transportarlos.

Ya de vuelta del paseo en kayak, en la madrugada del jueves día 3 de agosto, Sancho recogió más restos y con su moto fue arrojándolos a diversos contenedores de basura que halló lo más lejos posible de la escena del crimen. Al regresar a su bungalow, no tuvo reparo en dormir el resto de la noche con la compañía de los restos de su víctima que aún quedaban por ocultar.

Ya entrada la mañana, Daniel Sancho se dedicó, según la investigación, a seguir arrojando más restos del cuerpo al mar con la ayuda del kayak. El presunto asesino hizo al menos dos viajes más, según su relato, hasta que se deshizo de todo el cuerpo y la documentación de su víctima en el mar. Luego se dedicó a limpiar a fondo el bungalow.

Las personas que rebuscan en la basura del vertedero de la zona pronto hallaron algunos de los restos del cadáver de Edwin el mismo jueves. Ese día por la noche, a las 21 horas, Daniel disfrutaba de la Fiesta de la Luna Llena con dos mujeres que se alojaban en el complejo. El viernes 4 de agosto, empujado por las constantes llamadas de Darling Arrieta, hermana de la víctima, pidiendo explicaciones, Daniel acudió a la policía para denunciar la desaparición de Edwin. Tanto a los agentes, como a la propia hermana de la víctima, les dijo que el miércoles Edwin se despidió y se marchó sin decir más. A partir de ese momento, Daniel Sancho se convirtió en el principal sospechoso del horrible crimen.

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