MUERTE EN TRASPINEDO

El cadáver de Esther López tenía pelo y fibras bajo las uñas y la autopsia no descarta que se cambiara de sitio

El cabello se encontraba en la mano derecha de la víctima y los restos textiles, uno en cada mano, no coinciden con las prendas que vestía la joven de Traspinedo

Ni la autopsia de Esther López ni la Guardia Civil dicen que fuera atropellada donde se encontró su cuerpo y los forenses no descartan el traslado del cadáver

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No existen restos de pintura ni de otros efectos de ningún vehículo en el cuerpo de la joven

Autopsia Esther López
Esther López y el lugar donde fue encontrado su cadáver.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

No. No existe en la investigación de la muerte de Esther López un solo dato que respalde la presencia del cuerpo en la cuneta en la que fue hallado durante los 24 días que duró su desaparición. Más al contrario los forenses y el Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico de la Guardia Civil dicen lo contrario en la documentación del caso a la que ha tenido acceso OKDIARIO. Si los expertos en medicina legal dejan abierta la puerta al traslado del cuerpo de Esther “en las primeras horas después del fallecimiento” los miembros del ERAT son más contundentes al afirmar que lo que se encontró el paseante que halló a la joven el 5 de febrero pasado fue “una alteración o manipulación de la escena”.

Esther no perdió la vida inmediatamente tras recibir un impacto trasero, “a la altura de las nalgas” y “a una velocidad media-baja”. Los forenses explican que las lesiones que presentaba la joven en las piernas, a unos 80 centímetros de altura, eran compatibles con el impacto de un vehículo tipo SUV pero que en ningún caso tuvieron la entidad suficiente como para acabar con su vida. A Esther la mataron los efectos del impacto combinados con el frío, la carretera en la que Óscar dice haberla dejado alcanzó casi los 8 grados bajo cero, y el efecto que sobre su cuerpo tuvo el consumo de alcohol y sustancias durante las horas previas, las mismas que habían consumido sus acompañantes. O sea, su estado le evitó poder oponer resistencia o evitar la situación violenta a la que se vio sometida antes de morir.

Esther López
La curva donde se encontró el cadáver de Esther López.

Lo que los forenses no dicen en ningún caso en la información a la que ha tenido acceso este periódico es que Esther López muriera en la cuneta en la que fue encontrada, y aportan dos datos desconocidos hasta el momento: uno que la tierra adherida al cuerpo de la joven no ha podido demostrarse científicamente que sea la misma que la de la cuneta. El otro, que los forenses asumen que Esther pudo ser movida tras su fallecimiento. Dicen textualmente que si eso sucedió tuvo que ser en las horas posteriores al óbito. Lo que los forenses no mencionan, porque es imposible que lo hagan, es desde dónde pudo ser trasladada Esther y si el lugar en el que estuvo antes podía tener las mismas condiciones climáticas que aquella cuneta.

Las uñas de Esther

Para despejar esta incógnita la Guardia Civil recurrió al Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico, cuyas conclusiones ya se pueden revelar en su textualidad: “Los primeros trabajos del ERAT destacan lo anómalo de la disposición del cuerpo de la víctima, del terminal telefónico y del bolso y la alteración humana del emplazamiento de este último y disconformidad en la situación anatómica del cuerpo, lo que fortalece la hipótesis de una posible alteración o manipulación de la escena”. Cristalino. Pero hay más.

No es que los paseantes pudieran pasar al lado de Esther durante 24 días sin verla, o que sus animales de compañía no detectaran su presencia o que ningún conductor la viera, no, es que en la investigación del caso la Guardia Civil reconoce abiertamente que el Paraje de la Carrascosa y sus alrededores fue objeto de batidas de búsqueda antes del hallazgo del cuerpo. Es más, el paseante que la halló declaró que él ya hacía ese itinerario con la idea de que se buscaba a Esther López por allí.

Pero si existen datos objetivos y esperanzadores dentro de la trágica muerte de Esther López estos son tres pequeñas muestras de laboratorio cuyos resultados aún espera la Guardia Civil. En una muerte violenta víctima y agresor se intercambian siempre algo. Siempre te llevas algo de quien matas y a quien matas siempre se queda algo tuyo. Los forenses hallaron bajo las uñas de Esther un vello y dos fibras. A falta de encontrar compatibilidad genética del cabello los forenses ya adelantan un hecho llamativo: la fibra no tiene relación con las prendas de Esther López. Lo que no hay ni rastro es de ninguna muestra más ni de pintura de vehículos ni de otras fibras o materias, ni azul ni de ningún color.

Los forenses cierran su informe asegurando que Esther López murió en la madrugada o en la mañana del 13 de enero, a las pocas horas de salir de su casa para no regresar, así que el lunes, cuando Óscar, su amigo, declare ante la juez, tendrá que explicar con pelos y señales qué pasó aquella madrugada para que mientras Esther moría según los forenses el teléfono de la chica posicionara en la casa del sospechoso.

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