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Antonio Caba, detenido por dos asesinatos en Ciudad Real: Amante de las armas y de la División Azul

  • Ángel Moya/ Luis Miguel Montero

Antonio Caba Vázquez, el empresario detenido este martes en Manzanares (Ciudad Real) es amante de las armas, fan de la División Azul, los voluntarios españoles que lucharon integrados en el ejército de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial contra Rusia, y propietario de cuatro empresas en Castilla-La Mancha. Además, en 2017 formó parte de la ejecutiva del Partido Popular en su pueblo, aunque actualmente no ocupa ningún cargo en este partido. Su foto de familia junto a algunos dirigentes populares castellano-manchegos todavía puede verse en publicaciones de la época.

Este hombre, que en la foto que comparte en redes sociales se muestra apuntando con un revólver Colt 45 a una diana, con gafas de sol al mejor estilo del actor Clint Eastwood en un western, se mostrado sin embargo durante el interrogatorio ante la Guardia Civil como frío y distante. Poco o nada colaborador. No ha abierto la boca. Sin embargo, los investigadores creen que es el autor del asesinato de dos empresarios. Al menos fue la última persona con la que se reunieron antes de que se perdiese su pista.

Los guardias de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil lo detuvieron este martes junto a un septuagenario por el homicidio de Juan Miguel Isla, un empresario de 58 años desaparecido en julio del año pasado en Manzanares. Tras los arrestos, los guardias han encontrado los  restos óseos  en el pozo de una finca en  Valdepeñas, propiedad de Caba Vázquez que pertenece a uno de los dos detenidos.

Caba es propietario de al menos cuatro empresas, Suministros Industriales Buenasmañanas, Vazca Industrial, Mantenimiento Industriales Vazan y Agraria Vázquez. Dos de ellas dedicadas a la producción agrícola de cereales, otra al comercio al por menor y solo una, la que tiene 4 empleados, a la reparación de equipos. Las otras tres parecían ir mal y ahí quizás esté la respuesta a la causa de los asesinatos.

Según las primeras pesquisas el cadáver encontrado este miércoles pertenece a Juan Miguel Isla, de 58 años, desaparecido en julio del 2022 en una localidad cercana de Manzanares. Juan Miguel Isla es el segundo empresario que desapareció tras entrevistarse con Caba, tras viajar desde Alicante donde residía a Manzanares para cobrar 50.000 euros por la venta de unas fincas.

Los investigadores siempre han barajado que su desaparición fue forzosa y lo relacionan con una de las personas con las que se citó ese día, Antonio Caba. Este empresario también es sospechoso de otra desaparición en 2019, la de otro empresario, Jesús González Borrajo, bilbaíno afincado en Manzanares, que además de vender dos coches quería cobrar una deuda pendiente de 24.000 euros.

González Borrajo desapareció junto con su móvil poco después de la cita en la que hizo de intermediario el mismo hombre que tres años después se citó con Juan Miguel Isla Fernández para vender la fincas antes de desaparecer sin dejar ni rastro, Antonio Caba Vázquez. El pasado mes de enero, la Guardia Civil pidió colaboración ciudadana para localizar el coche que Juan Miguel Isla conducía el día de su desaparición. Horas después, un ciudadano alertó de que el coche estaba en aparcado en un descampado en los alrededores de Albacete.

Cuando los agentes reconstruyeron el trayecto entre Manzanares (Ciudad Real) y Albacete, marcaron varios lugares donde podía haberse escondido un cuerpo con rapidez. Uno de esos lugares es el pozo donde este miércoles se encontró a doce metros los restos del empresario Isla. Ese mismo lugar también coincide con la zona donde se perdió el rastro del teléfono móvil de la víctima.

Uno de los dos hombres detenidos en el día de hoy por los investigadores de la Guardia Civil es precisamente el intermediario que se citó con Jesús González Borrajo en 2019 y Juan Miguel Isla en 2022. Es el principal sospechoso, el dueño de la finca, y un presunto asesino para las dos desapariciones. Los especialistas de UCO de la Guardia Civil creen que tras los crímenes puede haber motivos económicos.