Triángulo de las Bermudas

¿Vivimos en ‘Manifest’? El último hallazgo en el Triángulo de las Bermudas que sorprende a todos

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Diana Arias

Increíble hallazgo en la ya misteriosa zona del Triángulo de las Bermudas. Un grupo de buzos documentalistas del canal History Channel estaban buscando restos de un avión de la Segunda Guerra Mundial cuando se encontraron con algo completamente impactante: los restos del trasbordador Challenger que se desintegró sólo 73 segundos después de su lanzamiento hace hace 36 años.

El hallazgo ha recordado a muchos a ‘Manifest’ la exitosa serie que emite Netflix que narra cómo desaparece un avión y cinco años después vuelve a aparecer con todos los tripulantes vivos. El trasbordador Challenger fue el segundo orbitador del programa del transbordador espacial en entrar en servicio. Su primer vuelo se realizó el 4 de abril de 1983, y completó nueve misiones antes de desintegrarse en su décima misión, el 28 de enero de 1986, causando la muerte a sus siete tripulantes a los 73 segundos de su lanzamiento.

El Centro Espacial Kennedy de la NASA ha sido el encargado de hacer el anuncio del hallazgo de los restos en el noroeste de Florida, en la zona del Triángulo de las Bermudas. «Los buzos notaron un gran objeto hecho por humanos cubierto parcialmente por arena en el lecho marino», indicó la NASA en su página web.

Las características del objeto fueron clave para saber qué era exactamente: «La proximidad a la Costa Espacial de Florida, junto con la construcción moderna del objeto y la presencia de mosaicos cuadrados de 8 pulgadas (20,3 cm)», explicó la NASA en un comunicado. Es la pieza más grande del Challenger encontrada desde su lanzamiento y el primer remanente descubierto desde que dos fragmentos del ala izquierda emergieron en una costa en 1996.

El trasbordador Challenger se desintegró en 1986 a los 73 segundos de su lanzamiento y provocó la muerte de siete astronautas. Sufrió una serie de fallos técnicos en los anillos ‘O’, unas juntas que sellan el cohete de propulsión que proyecta la nave, lo que produjo un escape de gas que perforó el depósito principal y lo envolvió en llamas.

Mientras ascendía, el vehículo comenzó a agrietarse en algunos puntos por la presión y se partió. Segundos más tarde, los siete tripulantes cayeron al mar. Abordo de la nave estaban los astronautas Michael Smith, Dick Scobee, Judith Resnik, Ronald McNair, Ellison Onizuka y Gregory Jarvin, y la profesora Christa McAuliffe, que participaba en un nuevo programa educativo de la NASA.

Michael Ciannilli, gerente de la NASA, ha confirmado la autenticidad de las piezas y ha mostrado la ilusión del organismo con el hallazgo: «Por supuesto, las emociones vuelven, ¿verdad? Mi corazón dio un vuelco, debo decir, y me trajo de regreso a 1986… y a lo que todos vivimos como nación».

Ahora, la agencia está analizando qué acciones tomarán con respecto a este artefacto, que «honrará adecuadamente el legado de los astronautas caídos de Challenger y las familias que los amaban». Por ley, la pieza es propiedad del Gobierno de Estados Unidos, por lo que aún permanece en el fondo del océano.

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