Síndrome de olor a pescado: ¿sabes cómo neutralizar esta sería patología?
No tiene cura, pero con una dieta regulada por un especialista se puede controlar
Puede ser de origen genético o estar causado por problemas hepáticos o renales
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La trimetilaminuria, comúnmente conocida como el ‘Síndrome de olor a pescado’, es una enfermedad metabólica que se produce cuando el cuerpo es incapaz de descomponer ciertos compuestos que contienen nitrógeno, tales como trimetilamina, según indica el Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Traslacionales (NIH). Esto se debe a un defecto del sistema enzimático hepático flavinmonooxigenasa 3 (FMO3). En individuos sanos, está enzima metaboliza la trimetilamina (TMA) que se produce principalmente por la degradación de la colina y trimetilamina N-óxido (TMANO) por parte de las bacterias intestinales, sin embargo no lo hace en aquellos que padecen este síndrome.
Como consecuencia, se produce un exceso de TMA en el organismo que se elimina a través de las secreciones corporales (orina, sudor, aire espirado, etc.), provocando ese característico olor a pescado.
Existen dos tipos de trimetilaminuria según su origen. La forma primaria se debe a un defecto genético del gen FMO3, que se hereda de forma autosómica recesiva, es decir, cuando están presentes dos copias de un gen anormal. La incidencia de portadores varía entre 0,5% y 11%, pero podría ser mayor en pacientes diagnosticados de mal olor idiopático. La forma secundaria de este síndrome, se produce por daños en la función hepática o renal.
En su forma primaria, los primeros síntomas del síndrome de olor a pescado aparecen en la infancia, como indica la Scientific Electronic Library Online (SCIELO), cuando se empiezan a introducir en la dieta productos ricos en colina y en TMANO. La causa se encuentra fundamentalmente en huevos, vísceras, carnes magras, salmón y bacalao, guisantes, judías, espinacas, coles, en algunas legumbres como las alubias, los frutos secos y los productos de comida rápida (fastfood) como la lasaña, hamburguesas y pizza. La TMANO proviene del pescado marino y los crustáceos. Por ello, es fundamental acudir a un experto en nutrición que se encargue de realizarnos una dieta equilibrada con bajo contenido en colina y TMANO para así poder regular las secreciones que genera el organismo.
Diagnóstico
El diagnóstico se confirma con una prueba de orina y/o pruebas genéticas que muestran un cambio (variante o mutación) en el gen FMO3. La prueba de orina mide el nivel de trimetilamina en la orina cuando la persona está en una dieta no restringida o después de la ingesta abundante de pescado (a ser posible, pescado azul) o sobrecarga de colina (se da una dosis de colina por vía oral antes de la prueba). Las personas con trimetilaminuria tienen niveles elevados de trimetilamina en la orina.
Relaciones sociales
Las personas que padecen el síndrome de olor a pescado a menudo ven afectadas sus relaciones sociales, siendo víctimas de rechazo provocado por el olor lo que afecta a su salud mental aumentando así el riesgo de padecer trastornos de la personalidad, niveles bajos de autoestima, obsesión por la higiene corporal, ansiedad, depresión, incluso intentos de suicidio por el rechazo que pueden sufrir en su entorno.
Tratamientos
Actualmente la trimetilaminuria no tiene cura, por lo que las opciones para reducir el olor son limitadas y se reducen al uso de antibióticos y la eliminación de la dieta de forma controlada de alimentos ricos en colina y carnitina, que son los principales precursores dietéticos de la trimetilamina.
Si la restricción de alimentos no es posible, la suplementación con riboflavina (Vitamina B2) y/o probióticos, por actuar sobre la flora intestinal, se han descrito como opciones beneficiosas, si bien aún no hay ningún estudio clínico que lo demuestre. Si bien la terapia génica podría suponer la curación de este síndrome, aún no está lo suficientemente desarrollada.
El Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, uno de los centros pediátricos más importantes de Europa, detectó varios casos con este síndrome en niños y adolescentes el año pasado. Allí, se percataron de que los pacientes y los padres de estos, buscaban fragancias para combatir el indeseado olor. Desde el hospital se pusieron en contacto con Eurofragance, empresa de perfumes fundada en Barcelona, y comenzaron a trabajar en una fragancia que neutralizara el olor corporal de los pacientes con trimetilaminuria.
«Desde Eurofragance nos pusimos a diseñar un modelo de difusión del olor en la piel de los pacientes para empezar a probar varias fragancias. Testamos muchas materias primas para dar con una solución al fuerte olor», explica la perfumista técnica de Eurofragance e impulsora del proyecto, Magdalena Rey. Tras una primera selección de fragancias, los pacientes comenzaron a introducirlas en su rutina. Posteriormente, se les facilitó una encuesta de satisfacción y se les hizo un seguimiento. «A día de hoy, los resultados son satisfactorios, aunque actualmente son necesarias más pruebas para verificarlos», aseguran desde Eurofragance.