Sanidad reconoce que la nicotina no provoca cáncer pero la restringe en la ley antitabaco
Usando productos con el snus, Suecia tiene una de las tasas de cáncer de pulmón más bajas de Europa
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El cometido principal del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo (PIT) 2024-2027 es reducir la presencia de humo en el espacio público y reducir el consumo, y en eso se basan la mayoría de las medidas que recoge. Sin embargo, en esta maniobra política que pretende instaurar en nuestro país, la ministra, Mónica García, no reconoce en público lo que sí ha hecho a través de un informe en el cual asegura que la nicotina no provoca cáncer.
Así, en el informe Bolsitas de Nicotina (Informe del Instituto Federal para Valoración de riesgos de Alemania), la unidad de prevención del tabaquismo, se hace eco de una serie de datos que van en una línea totalmente distinta a la del decreto que pretenden sacar adelante y olvidando la evidencia científica para sacar adelante una medida regulatoria desproporcionada y que acabaría con estos productos.
Dada la novedad y el riesgo potencial de estos nuevos productos, el Instituto Federal para valoración de Riesgos (BfR) de Alemania junto con la Universidad Ludwig-Maximilian de Múnich (LMU) han llevado a cabo una investigación exhaustiva basada en estudios precedentes y datos obtenidos de investigación propia sobre su composición y farmacocinética, así como la comparación de estos productos (bolsitas de nicotina) con los cigarrillos tradicionales. Estos productos fueron notificados por primera vez en Suecia, Estados Unidos y Reino Unido en 2019.
En el informe sellado por Sanidad, se asegura que el snus (bolsitas de tabaco) se consume en Suecia desde hace muchas décadas y un estudio realizado en este país ha demostrado que los consumidores de este producto no tienen más probabilidades de empezar a fumar cigarrillos. Por el contrario, los fumadores de cigarrillos que empiezan a usar snus tienen más probabilidades de dejar los cigarrillos.
Por otra parte, en cuanto a la genotoxicidad se advierte que en su monografía sobre las bolsas de nicotina, el Instituto holandés de Salud Pública (RIVM) no encontró evidencia de propiedades mutagénicas para la nicotina. Tampoco se revela carcinogenicidad al no encontrar ningún tipo de pruebas de las propiedades cancerígenas de la nicotina.
Un estudio farmacocinético comparó cinco pouches de diferentes marcas con contenidos de nicotina que iban de 6 a 10 mg por bolsita con un cigarrillo. Las bolsitas de nicotina se colocaron entre el labio superior y la encía durante 60 minutos, el cigarrillo se fumó en 5 minutos. Las concentraciones máximas (Cmax) oscilaron entre 11,9-17,5 ng/ml para las bolsitas de nicotina y fueron de 13,9 ng/ml para los cigarrillos. La concentración máxima para las bolsitas de nicotina se alcanzó a los 60-65 minutos, mientras que para los cigarrillos se alcanzó a los 7 minutos.
Dado que los productos proceden de diferentes fabricantes, puede ser que haya variaciones en el porcentaje y la tasa de liberación de nicotina. El hecho de que los productos de diferentes fabricantes puedan diferir en términos de liberación de nicotina ya ha sido demostrado por un estudio de liberación in vitro. Según la toxicidad aguda de la nicotina, el BfR definió estos 16,6 mg/bolsa como el límite superior aceptable.
El contenido de nicotina más común para una bolsita era de 6 a 15 mg por bolsita: el 73% de los encuestados utiliza entre una y cinco bolsitas al día. El sabor más popular era el mentolado, seguido de los aromas de frutas.
En Estados Unidos también se llevaron a cabo análisis del comportamiento de los consumidores con respecto a las bolsitas de nicotina. Éstas sólo atrajeron a una pequeña proporción de los que nunca habían consumido tabaco o habían sido consumidores (11-12%), al 36% de los fumadores activos y al 52% de los consumidores actuales de tabaco sin humo. La tasa de aceptación fue más alta (75%) entre las personas que consumían tanto cigarrillos como tabaco sin humo. Las ventas de nicotine pouches sin tabaco están aumentando en Estados Unidos.
En el caso de las bolsitas de nicotina, esto representaría una concentración de 16,7 mg/g de bolsa, lo que llevaría a una clasificación en la categoría de peligro 4 según la legislación sobre productos químicos. En esta categoría, no es necesario el etiquetado con el pictograma de la calavera y las tibias cruzadas. Por tanto, las concentraciones de TSNA en las bolsitas de nicotina debe estar por debajo del límite de detección.
Suecia, referente
El cigarrillo tradicional expone a los fumadores a más de 7.000 sustancias químicas, muchas de ellas altamente tóxicas y relacionadas con enfermedades graves, como el cáncer de pulmón, enfermedades cardíacas y problemas respiratorios crónicos. Gran parte de este daño proviene de la combustión del tabaco, ya que, al quemarse, se generan sustancias dañinas como el alquitrán y el monóxido de carbono.
El vapeo, por otro lado, no implica combustión. Los cigarrillos electrónicos funcionan calentando un líquido (que puede contener o no nicotina) para producir vapor. Según estudios recientes, esta falta de combustión reduce significativamente la cantidad de toxinas a las que se expone el usuario. Aunque el vapeo no es completamente inofensivo, se considera una opción considerablemente menos dañina que el cigarrillo tradicional.
Reducción de daños
Suecia ha adoptado un enfoque innovador y efectivo en la lucha contra las enfermedades relacionadas con el tabaco, tal y como publican en el informe «Smoke Free Sweden 2023». El país se ha enfocado en la reducción de daños por tabaquismo, promoviendo el uso de alternativas con menos riesgos como el «snus» (tabaco oral que se pone debajo del labio y sin combustión) y los cigarrillos electrónicos. Esta estrategia ha llevado a Suecia a tener una de las tasas de cáncer de pulmón más bajas de Europa, a pesar de que el consumo de nicotina en forma de «snus» sigue siendo común.