Sanidad internacional sí, ELA en España no: polémico reparto de Sánchez con 280 millones para otros países
Estas cifras, aunque globales en el plano internacional, contrastan con la ausencia de financiación específica para la atención a los enfermos de ELA


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No se trata de negar la importancia de ayudar al Tercer Mundo. España, como país solidario y comprometido con los derechos humanos, tiene la responsabilidad de colaborar en causas sanitarias globales. Sin embargo, lo que muchos critican hoy no es el hecho de ayudar fuera, sino el olvido persistente hacia dentro: mientras el Gobierno de Pedro Sánchez ha comprometido en apenas un mes 280 millones de euros para iniciativas sanitarias en el extranjero, mientras los pacientes de ELA en España siguen sin recibir una partida directa de del Estado.
El contraste ha generado indignación, especialmente entre colectivos de pacientes, asociaciones médicas y ciudadanos que llevan años reclamando una ley ELA dotada de recursos. La sensación generalizada es de abandono. Teniendo en cuenta además que se ha conseguido crear una ley y que desde su aprobación ha habido 600 fallecidos: tres diarios.
Millones para fuera, cero para dentro
En concreto, el Gobierno ha anunciado recientemente:
- 145 millones de euros a la OMS para reforzar los sistemas sanitarios de países en desarrollo.
- 130 millones de euros al Fondo Mundial contra el sida, la tuberculosis y la malaria, como parte del compromiso con la sanidad internacional.
- 5 millones de euros adicionales a GAVI, la alianza global para la vacunación infantil.
Estas cifras, aunque globales en el plano internacional, contrastan con la ausencia de financiación específica para la atención a los enfermos de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), una enfermedad degenerativa y mortal, que en España afecta a unas 4.000 personas.
Un compromiso pendiente
En 2024, el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad la necesidad de crear una Ley ELA, que garantizara cuidados, recursos, acceso a terapias y atención domiciliaria y que llegó en octubre. Sin embargo, esa ley sigue sin dotación presupuestaria estatal directa, lo que convierte el compromiso en papel mojado.
Las familias de enfermos de ELA, que requieren cuidados diarios intensivos y costosos, siguen asumiendo los gastos con enormes sacrificios personales y económicos. Muchos sólo pueden acceder a atención adecuada si contratan ayuda privada, algo inasumible para la mayoría.
La crítica se extiende
Numerosos usuarios en redes sociales y voces del ámbito médico han denunciado la falta de coherencia: «No se puede ir a salvar el mundo mientras ignoras a los que se mueren en tu casa», escribía recientemente un portavoz de una asociación de pacientes.
Otros critican que, si bien el apoyo internacional debe mantenerse, no puede hacerse a costa de dejar sin respuesta sanitaria a quienes más lo necesitan dentro del país.
¿Solidaridad selectiva?
La política exterior sanitaria de Pedro Sánchez ha sido incentiva por causa de la ministra de Sanidad, Mónica García, por su afán de participar en foros internacionales. Pero en el ámbito nacional, se percibe como una solidaridad selectiva, que responde más al prestigio diplomático personal de García que a la equidad social.
Por ahora, el Gobierno no ha anunciado ninguna partida concreta para ELA, salvo 10 millones que se anunciaron hace varias semanas, para atender los casos más graves. Las familias y pacientes siguen esperando, mientras la enfermedad avanza.