Un nuevo método puede multiplicar las indicaciones de las terapias CAR-T
Las terapias CAR-T se aplican con éxito en tipos de cáncer que afectan a las células sanguíneas, pero les está costando dar el salto a los tumores sólidos
La nueva terapia CAR-T contra el cáncer no llega a la población: sólo se beneficia el 1% mundial
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Las células del cáncer son supervivientes en condiciones extremas, se «arman» con mutaciones que evitan la acción del sistema de defensas de nuestro organismo. Pero esas mismas mutaciones que las protegen pueden utilizarse para combatirlas, según una nueva investigación que se ha dado a conocer en la revista Nature.
Uno de los avances más recientes contra el cáncer son las terapias CAR-T, que consisten en extraer células defensivas del paciente, mejorarlas en el laboratorio e infundirlas de nuevo para que eliminen tejido tumoral. Su eficacia es enorme en algunos pacientes, pero hasta ahora solamente se emplean en tipos de cáncer que afectan a la sangre, y no en tumores sólidos. La nueva investigación nos acerca a ese salto.
Madeleine Duvic, dermatóloga e investigadora del Centro Anderson de Houston (Texas, Estados Unidos), que ha participado en este estudio, se ha referido a él como «un trabajo precioso que abre la puerta a la posibilidad de mejorar las terapias CAR-T en el futuro». José María Moraleda, catedrático de la Universidad de Murcia y coordinador de la Red de Terapias avanzadas (Terav), cree que el hallazgo puede ser «impresionante».
Los problemas en tumores sólidos
Recuerda que, efectivamente, uno de los grandes problemas en torno a la utilización de terapias CAR-T en tumores sólidos (en contraste con su eficacia en el campo de la hematología) es que, en primer lugar, las dianas (el objetivo al que atacan los medicamentos) son reconocibles en hematología y, en segundo, que las células del cáncer están en la sangre y la médula ósea, que son «razonablemente accesibles».
En los tumores sólidos -explica el experto- hay un escudo natural que rechaza todos los ataques. A las células «mejoradas» CAR-T les cuesta mucho no solamente acceder sino sobrevivir: «El microambiente tumoral está hecho para proteger a las células del cáncer, está muy bien estructurado, y les facilita los procesos de crecer y desplazarse». Para las CAR-T, además del problema de las dianas, el microambiente de los tumores sólidos es un muro.
El trabajo que ahora han dado a conocer los dermatólogos se basa en el análisis de células tumorales que proliferan y sobreviven… y entre las cuales hay linfocitos, los «ladrillos» de las terapias CAR-T. Los investigadores se han preguntado: si en estos tumores de la piel los linfocitos pueden producir tumores, y sobreviven y están activados en ese microambiente… ¿qué caracteriza ese entorno? ¿Podría aprovecharse ese conocimiento para potenciar las CAR-T?
Así, han identificado genes que les dan una ventaja proliferativa. Al extraerlos y utilizarlos en linfocitos normales, han visto que su tasa de proliferación se multiplica. Los convertían en «supercélulas», explica el especialista.
Como los CAR-T son linfocitos, el experimento ha consistido en convertirlos en esas «supercélulas» y emplearlos para tratar tumores sólidos en un modelo animal.
Otra de las ventajas que han observado es que solamente se activan cuando detectan células del cáncer, lo cual hace pensar que sus efectos secundarios serían menores, aunque queda por delante un arduo trabajo de investigación sobre su posible aplicación en la práctica.
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