Política

La ‘Dama de Hierro’ de Japón Sanae Takaichi se convierte en la primera mujer en liderar el país nipón

Sanae Takaichi ha confesado ser admiradora de Margaret Thatcher, la 'Dama de Hierro' por su postura anticomunista

La líder conservadora tendrá que recuperar la confianza de los jóvenes, atraídos por los partidos populistas de Japón

Sanae Takaichi, primera ministra Japón, Partido Liberal Democrático, PLD
Sanae Takaichi, primera ministra de Japón. (E.P.)
Paula M. Gonzálvez

Sanae Takaichi ha hecho historia este martes al convertirse en la primera mujer que asume el cargo de primera ministra en Japón, tras conseguir de manera inesperada el apoyo de la cámara baja en la primera ronda de votación. La conservadora de 64 años, líder del Partido Liberal Democrático (PLD), se confiesa admiradora de Margaret Thatcher, también la primera mujer que ejerció como primera ministra en Reino Unido (1979-1990). Ya antes de ganar las elecciones Thatcher era conocida como la Dama de Hierro por su firme postura anticomunista.

La elección de Sanae Takaichi ha sido tan fugaz como el auge de su liderazgo. A pesar de que ha ocupado altos cargos, no fue hasta el pasado 4 de octubre cuando se hizo con el liderazgo del PLD, partido que ha gobernado durante décadas Japón -casi de manera ininterrumpida- y que afronta una fuerte crisis en la actualidad.

La nueva primera ministra nipona asumirá el cargo de manera oficial tras reunirse con el emperador Naruhito. Además, comienza su andadura como dirigente con relevantes citas en la agenda, como la del encuentro de la próxima semana con Donald Trump. Será el presidente de Estados Unidos el que viaje a Tokio.

«Sanae Takaichi ha sido elegida nueva primera ministra», ha comunicado Fukushiro Nukaga, portavoz de la Cámara Baja de la Dieta -el Parlamento nacional japonés- al concluir la votación que le ha dado la victoria con 237 de los 465 sufragios en juego, es decir, cuatro por encima de los que necesitaba. Sanae Takaichi tendrá que gobernar en minoría.

Su misión ahora es la de restituir la confianza pública en su partido, extremadamente debilitado por una sucesión de fracasos electorales que acabaron erosionando la figura de su predecesor Ishiba, hasta el punto de abandonar y activar el proceso de sucesión después de solo un año de mandato. Asimismo, tendrá que conectar con una generación más joven de votantes seducidos por las formaciones más populistas.

«No podremos reconstruir a menos que todas las generaciones unan sus fuerzas y todos trabajen duro. Yo misma he abandonado la expresión equilibrio entre vida laboral y personal, así que pido a todos que trabajen duro en sus respectivas áreas de especialización por el bien de Japón y para reconstruir el partido. De ahora en adelante, haré todo lo posible con humildad, así que les pido su guía y orientación», declaró tras ser elegida líder del PLD.

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