JAPÓN

Sanae Takaichi, a punto de convertirse en la primera mujer en liderar el Gobierno de Japón

Admiradora de la figura de Margaret Thatcher y defensora de la política económica de Shinzo Abe, asesinado en 2022

Sanae Takaichi
Sanae Takaichi.
Paula Benito
  • Paula Benito
  • Portadista y redactora de información de última hora. Escribo sobre política, internacional y sociedad. Antes, en La Sexta. Contacto: paula.benito@okdiario.

Sanae Takaichi es la nueva líder del Partido Liberal Democrático de Japón (PLD), el partido del Gobierno nipón, y tiene al alcance de la mano convertirse previa votación en el Parlamento -muy posiblemente el 15 de octubre, aunque la fecha no está confirmada- en la primera mujer que asumirá la Jefatura del Gobierno del país.

Takaichi, de 64 años, ha derrotado en la votación final a su gran rival, el ministro de Agricultura, Shinjiro Koizumi, por 185 votos frente a 156 y ha asumido el liderazgo del partido con un discurso marcado por una idea fundamental: «Trabajo».

Takaichi es devota de Margaret Thatcher, crítica de China, defensora de la política económica de que fuera uno de sus grandes maestros políticos -Shinzo Abe-, y abanderada de la modificación constitucional para conceder al Ejército nipón más capacidades ofensivas.

«No podremos reconstruir a menos que todas las generaciones unan sus fuerzas y todos trabajen duro. Yo misma he abandonado la expresión ‘equilibrio entre vida laboral y personal’, así que pido a todos que trabajen duro en sus respectivas áreas de especialización por el bien de Japón y para reconstruir el partido. De ahora en adelante, haré todo lo posible con humildad, así que les pido su guía y orientación», ha remachado.

Las opciones de Takaichi para terminar reemplazando definitivamente al todavía primer ministro Shigeru Ishiba son enormes porque el PLD, en coalición con su socio menor, el partido Komeito, constituye la fuerza más numerosa en el Parlamento y los partidos de oposición carecen ahora mismo de la unidad suficiente como para oponerse al mandato.

Takaichi, de momento, tiene la misión de restituir la confianza pública en un partido extremadamente debilitado por una sucesión de fracasos electorales que acabaron erosionando la figura de Ishiba hasta el punto de que decidió abandonar el liderazgo del partido y activar el proceso de sucesión después de solo un año de mandato.

El varapalo final para Ishiba y el PDL llegó en julio de este año, tras una aplastante derrota en las elecciones al Senado. Para entonces, algunos de los políticos más veteranos habían instado al primer ministro a abandonar el cargo antes de que las divisiones se profundizaran y acarrearan un coste electoral mayor para la formación de cara al futuro.

Takaichi debe además recuperar el apoyo público y conectar con una generación más joven de votantes que acuden en masa a partidos populistas más pequeños en medio de la crisis del coste de la vida y la afluencia de extranjeros. Además, dada la pérdida de la mayoría del partido, otrora dominante, en ambas cámaras legislativas, el deberá acercarse a algunos de los partidos de la oposición para aprobar leyes y presupuestos.

En el plano económico, la protegida de Abe continuará, con total probabilidad, la política de su mentor. Su postura a favor de los estímulos podría tener un impacto en los mercados y emprenderá una política fiscal activa «responsable» mientras busca impulsar el crecimiento.

También ha pedido que se mantenga una política monetaria expansiva, afirmando que el Banco de Japón no debería aumentar los costes de los préstamos. Estas opiniones podrían contribuir a debilitar el yen e impulsar las acciones, a la vez que impulsan al alza los rendimientos de la deuda pública a largo plazo.

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