Un nuevo antibiótico consigue matar a las bacterias y evita que desarrollen resistencias

resistencia antibióticos
Las bacterias multirresistentes son un desafío para los científicos.
Diego Buenosvinos
  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

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Un microorganismo multirresistente (MDRO, por sus siglas en inglés) es un germen resistente a diversos antibióticos. Los antibióticos son medicamentos que se utilizan para detener el crecimiento de las bacterias que causan infecciones. Sin embargo, determinados antibióticos no son efectivos para tratar las infecciones producidas por estos microorganismos, esto es lo que significa que el MDRO sea resistente a los antibióticos.

Pero un nuevo y potente antibiótico, aislado de bacterias, podría ser capaz de matarlas evitando que desarrollen resistencias. Por el abuso que se está realizando de los antibióticos, sobre todo a nivel individual, las bacterias multirresistentes son un problema de salud pública a nivel mundial. El número de muertes por esta situación sanitaria alcanzará en 2050 los 10 millones de personas. 

Desde hace varios años, la comunidad científica internacional está buscano nuevos antídotos para derrotar a este tipo de bacterias tan peligrosas para el ser humano. Así, Markus Weingarth, investigador del Departamento de Química de la Universidad de Utrecht, ha reconocido que «necesitamos urgentemente nuevos antibióticos para combatir las bacterias cada vez más resistentes a la mayoría de los antibióticos de uso clínico».

El nuevo antibiótico ha sido bautizado como clovibactina, y parace matar a las bacterias de una forma poco habitual, lo que dificulta que éstas desarrollen resistencia alguna contra él, según publican investigadores de la Universidad de Utrecht (Países Bajos), la Universidad de Bonn (Alemania), el Centro Alemán de Investigación de Infecciones (DZIF), la Universidad Northeastern de Boston (Estados Unidos) y la empresa NovoBiotic Pharmaceuticals en la revista Cell.

Y es que, la clovibactina es diferente -afirma Weingarth-, ya que, las bacterias patógenas no han visto antes un antibiótico así y no han tenido tiempo de desarrollar resistencia.

Por su parte, la profesora Tanja Schneider, de la Universidad de Bonn (Alemania), ha señalado que «el mecanismo de ataque multiobjetivo de la clovibactina bloquea la síntesis de la pared celular bacteriana simultáneamente en diferentes posiciones -explica-. Esto mejora la actividad del fármaco y aumenta sustancialmente su robustez frente al desarrollo de resistencias».

Cómo ataca el nuevo antibiótico a las bacterias

A unirse a las moléculas diana, la clovibactina se autoensambla formando grandes fibrillas en la superficie de las membranas bacterianas. Estas fibrillas son estables durante mucho tiempo y garantizan que las moléculas diana permanezcan secuestradas el tiempo necesario para eliminar las bacterias.

Dado que estas fibrillas sólo se forman en las membranas bacterianas y no en las humanas, es de suponer que también son la razón por la que la clovibactina daña selectivamente las células bacterianas, pero no es tóxica para las humanas.

La clovibactina fue descubierta por NovoBiotic Pharmaceuticals, una pequeña empresa estadounidense en fase inicial, y el microbiólogo Kim Lewis, de la Universidad Northeastern de Boston. Curiosamente, el 99% de las bacterias son «incultivables» y hasta ahora no se podían cultivar en laboratorios, por lo que no se podían extraer nuevos antibióticos.

Otros estudios en marcha

Científicos del Imperial College de Londres y de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) han descrito una nueva forma en la que las bacterias transmiten sus genes, lo que les permite evolucionar mucho más rápido de lo que se pensaba hasta el momento. Este hallazgo ha sido liderado por el investigador valenciano José R. Penadés, del Imperial College de Londres, que colabora con el Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Valencia.

Bacterias patógenas

El estudio ha sido publicado en Cell, una de las revistas científicas revisadas por pares más destacadas en el campo de la bioquímica y la biología molecular, según ha informado la institución académica en un comunicado.

«Nuestro descubrimiento ayudará a los científicos a comprender mejor cómo evolucionan las bacterias patógenas y se vuelven cada vez más virulentas y resistentes a los antibióticos. Supone un verdadero cambio de paradigma en nuestra comprensión de la evolución bacteriana, que influirá enormemente en las formas en que combatimos la resistencia a los antibióticos», ha destacado el profesor Penadés, catedrático de Microbiología en el Imprerial College London, donde dirige el MRC Centre for Molecular Bacteriology and Infection.

Antibiótico sintético

Un trabajo científico de décadas en la Universidad de Duke (Estados Unidos) ha encontrado una nueva estrategia antibiótica para acabar con las bacterias gramnegativas como  Salmonella, Pseudomonas y E. coli, las culpables de muchas infecciones del tracto urinario (ITU). La molécula sintética funciona con rapidez y es duradera en ensayos con animales.

El nuevo fármaco actúa interfiriendo en la capacidad de la bacteria para fabricar su capa lipídica externa, según publican en la revista Science Translational Medicine.

«Si se interrumpe la síntesis de la membrana externa bacteriana, la bacteria no puede sobrevivir sin ella -explica Pei Zhou, investigador principal y catedrático de Bioquímica de la Facultad de Medicina de Duke-. Nuestro compuesto es muy bueno y muy potente».

El compuesto, denominado LPC-233, es una pequeña molécula que ha demostrado su eficacia para destruir la biosíntesis de lípidos de la membrana externa en todas las bacterias gramnegativas contra las que se probó. Los coautores de la Universidad de Lille (Francia) lo probaron contra una colección de 285 cepas bacterianas, incluidas algunas muy resistentes a los antibióticos comerciales, y las mató a todas.

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