Hipertermia

Los médicos advierten: los golpes de calor pueden dañar rápidamente el cerebro, el corazón o los riñones

elevadas temperaturas
Elevadas temperaturas: ¿Qué efectos tienen para el cuerpo y la mente? INFOGRAFÍA de Carlos Aguilera.
  • D. Buenosvinos | Carlos Aguilera

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Que este verano es uno de los más calurosos de las últimas décadas no hay duda alguna. Que hemos vivido distintas y consecutivas olas de calor, tampoco. Pero lo realmente importante es evitar los golpes de calor y que, como hemos visto hasta ahora, han causado decenas de muertos en nuestro país. Así, lo que debemos saber como norma principal es que el golpe de calor requiere tratamiento de urgencia, porque sin tratar, puede dañar rápidamente el cerebro, el corazón, los riñones o los músculos. El daño empeora cuanto más se retrasa el tratamiento, lo que aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves o la muerte.

El golpe de calor es un trastorno ocasionado por el exceso de calor en el cuerpo, generalmente como consecuencia de la exposición prolongada a altas temperaturas o del esfuerzo físico en altas temperaturas. Como se refieren a ello, desde Mayo Clinic, el calor es la forma más grave de lesión por calor y puede ocurrir si la temperatura del cuerpo alcanza los 104 °F (40 °C) o más. Esta afección, como es lógico pensar, es más frecuente en los meses de verano.

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Golpes de calor deportivos

El doctor Marco Antonio Strocchia, traumatólogo del Hospital Nuestra Señora del Rosario, ha destacado la importancia de anticiparse a un golpe de calor mientras se practica deporte, y ha advertido de los principales síntomas: cansancio, dolor de cabeza, mareo, náuseas y vómitos, inestabilidad, enrojecimiento y sequedad de la piel.

«Uno de los primeros síntomas de la deshidratación pueden ser las náuseas, que se pueden confundir con problemas gastrointestinales», alerta el doctor. En estos casos, aconseja intentar seguir bebiendo y comiendo en pequeñas dosis para evitar que la deshidratación avance y que se cierre el estómago, «haciendo cada vez más difícil la ingesta de bebida y alimentos».

«Esto provocaría un agravamiento de la deshidratación», abunda el especialista, quien añade que «el mayor peligro es subestimar estos síntomas y dejar que el síndrome avance llegando al coma e incluso a la muerte», expresa.

Así las cosas, el doctor Strocchia sugiere tomar ciertas medidas para evitar un golpe de calor durante la práctica deportiva. «Debemos hidratarnos perfectamente antes, durante y después de ejercitarnos con agua y también con sales minerales en el caso de que la duración se estime superior a una hora o el ejercicio vaya a ser muy intenso», aconseja.

Además, insiste en que la ingesta de líquidos tiene que ser «gradual» y en pequeñas tomas, nunca en grandes cantidades repentinas, y «sin esperar a tener sed».

Infografía de Carlos Aguilera.

Pautas de actuación

Según el doctor, ante un golpe de calor, es preciso actuar «en cuanto se perciban los primeros síntomas (cansancio, dolor de cabeza, náuseas)». «Si reaccionamos a tiempo, podremos revertir la situación, por eso es importante saber qué hacer ante un golpe de calor».

Por eso, recomienda situar a la persona afectada en un lugar fresco, a la sombra y donde corra el aire, tumbado con los pies en alto; refrescar la piel y, en especial, la cabeza, con compresas húmedas; beber agua poco a poco, añadiendo sales o bebidas isotónicas, para recuperar también las pérdidas de electrolitos con el sudor, como el sodio y el potasio, imprescindibles para los procesos celulares.

«En cambio, no debemos beber líquidos muy fríos, con rapidez y en exceso, porque podríamos sufrir hidrocución o colapso térmico diferencial, es decir, un cambio brusco en la temperatura corporal, que puede desencadenar un reflejo de inhibición de la respiración y la circulación, generando una sobrecarga cardíaca que podría ocasionar una parada cardiorrespiratoria», detalla.

Finalmente, quitar la ropa y dar masajes para estimular la circulación cutánea también contribuyen a la termorregulación; así como descansar entre 20 y 30 minutos, al menos, para recuperar la situación.

«Si no se produjera una recuperación notable y sigue la progresión hacia los síntomas más graves o no tenemos medios para hacer bajar la temperatura, tenemos que avisar inmediatamente a los servicios de emergencia», finaliza

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