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Lunares de sangre: cómo se curan y cuáles son sus causas

Los lunares rojos, también denominados lunares de sangre, son uno de los motivos de consulta a profesionales más recurrentes, sobre todo por cuestiones relacionadas con la estética. Sin embargo, lo cierto es que muchas de las personas que los sufren no tienen idea acerca de qué son y cómo se curan.

Vamos a detenernos sobre esta información para que sepas de qué forma actuar correctamente.

Lo primero que debemos decir acerca de los “nevus rubí”, como se los llama en la comunidad científica, es que hay que recurrir al médico de inmediato si viene junto a otros signos como dolor, si surgen excesivamente y de un momento para otro, o cuando se muestran asimétricos.

En resumen, podemos definirlos como angiomas circulares que se padecen cuando los melanocitos se acumulan en un punto determinado de la piel, casi siempre en el tronco superior del cuerpo.

Las zonas más afectadas por los lunares de sangre suelen ser el rostro, el cuello, el pecho y la espalda aunque, en ciertas circunstancias, también se los observa en piernas y otras regiones.

Los lunares rojos pueden generarse como consecuencia del propio envejecimiento de la piel, lo que explica por qué son más comunes en las personas que ya han superado los 40 o 45 años de vida.

No obstante, la evidencia se ha encargado de demostrar que los malos hábitos de vida, como una dieta basada en grasas y azúcares, fumar tabaco, la deshidratación o la exposición al sol, pueden aumentar las probabilidades de tener lunares de sangre con asiduidad.

Cómo se curan los lunares rojos

No existe un tratamiento indicado para los lunares de sangre que no sean peligrosos en términos de salud, más allá de dar esas pésimas costumbres antes mencionadas y que algunos tenemos.

Ahora bien, cuando los lunares producen malestar o se comportan irregularmente, será necesario quitarlos mediante una intervención quirúrgica, con rayos láser o por medio de la crioterapia.

Esto no significa que los puntos rojos no vuelvan en el futuro, así que se aconseja complementar su eliminación con un control dermatológico periódico, al menos una vez al año.

Asimismo, se sugiere evitar los remedios caseros o naturales que se recomiendan en Internet, ya que podrían tener contraindicaciones o derivar en efectos perjudiciales sobre la piel en general y los lunares en particular. Por eso, mejor seguir de cerca y actuar sólo ante conductas extrañas.