Las lagunas del reciclaje de residuos en las clínicas veterinarias

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Los residuos de medicamentos veterinarios están disminuyendo en la UE.

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Los españoles están cada año más concienciados con el cuidado del medioambiente y la importancia de depositar adecuadamente los envases vacíos o con restos de medicamentos caducados o no utilizados en los Puntos SIGRE (la entidad sin ánimo de lucro creada por iniciativa del sector farmacéutico), ubicados en las más de 22.000 farmacias del país. Así lo atestigua el último sondeo de opinión realizado por la institución, que refleja que el 98% de los españoles considera que el cuidado del medioambiente es importante para la salud y que el 86% de los hogares ha incluido ya el reciclaje de los medicamentos dentro de sus buenos hábitos medioambientales.

La organización insiste en que precisamente, esta cada vez mayor sensibilización ciudadana ha permitido que en 2022 cada persona depositara de media 104,4 gramos de envases vacíos o con restos de medicamentos en el Punto SIGRE en 2022, lo que ha supuesto un 5% más de media respecto a 2021. Unos datos que forman parte del informe anual de actividad 2022 presentado recientemente por SIGRE a las autoridades ambientales y que recoge de manera pormenorizada los resultados alcanzados en la gestión medioambiental de los residuos de medicamentos y sus envases. Gracias a ello se ha logrado  reciclar el 67,8% de los materiales de los envases depositados después de transportarlos a la Planta de Clasificación de Envases y Residuos de Medicamentos de SIGRE situada en Tudela de Duero (Valladolid).

«La emergencia planetaria ha hecho que la población sea cada vez más consciente de que las personas no pueden estar sanas en un planeta enfermo. Bajo esa misma premisa el sector farmacéutico se adelantó a la legislación medioambiental y creó SIGRE de forma pionera en España hace más de 20 años. Los datos obtenidos en 2022 muestran que SIGRE es un sistema muy consolidado y de la máxima confianza para la sociedad», ha afirmado Humberto Arnés, presidente de la organización en un comunicado. 

En su opinión, «esto es un éxito colectivo sin comparación en toda Europa y es fruto del compromiso medioambiental de todo el sector farmacéutico, de la industria farmacéutica que puso en marcha esta iniciativa y la financia, de las farmacias que acogen los contenedores blancos para depositar los residuos y de la distribución farmacéutica, que se encarga de la recogida de estos residuos con todas las garantías medioambientales y sanitarias». 

No hay que olvidar que cada año se generan en el mundo cerca de 2 billones de toneladas de residuos, cifra que podría ascender hasta los 3,4 billones en 2050, según datos del Banco Mundial. Ante esta situación, según el estudio global «El clima cambiante de la Sostenibilidad» realizado por NielsenIQ en 2022, el 65% de los consumidores en España toma medidas concretas para adoptar un estilo de vida más sostenible, tal y como documenta TerraCycle, compañía especializada en el tratamiento de residuos difíciles de reciclar, 

El problema de los centros veterinarios 

La salud y el bienestar de los animales son un componente fundamental de la seguridad alimentaria y cuando hablamos de producción de alimentos de origen animal, ésta debe comenzar en la explotación ganadera. Al proteger la salud y prevenir las enfermedades en los animales, se protege al mismo tiempo la salud pública, la producción animal, las economías rurales y el medio ambiente. Por esto, es imprescindible el uso responsable de los medicamentos en veterinaria ya que su uso podría dejar residuos en los alimentos y no se puede permitir que el nivel de los mismos afecte a la salud de los consumidores, recuerda el Centro Superior de Estudios BTCEES, vinculado a las Universidades Vic y Central de Cataluña.  

En este contexto, y según los últimos datos recogidos de 2020, se celebra una buena noticia: los residuos de medicamentos veterinarios y otras sustancias que se encuentran en los animales y en los alimentos de origen animal siguen disminuyendo en la Unión Europea. Los datos de seguimiento de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) para 2020 cubren 620.758 muestras notificadas por los Estados miembros, Islandia y Noruega. El porcentaje de muestras que excedieron los niveles máximos legalmente permitidos fue del 0,19%. Esta es la cifra más baja de los últimos 11 años, cuando el incumplimiento osciló entre 0,25% y 0,37%.  En 2019, en cambio, la cifra fue del 0,30%, recuerda la institución.-Además, en 2020 aumentaron las tasas de cumplimiento para agentes antitiroideos, esteroides y lactonas de ácido resorcílico en comparación con 2017, 2018 y 2019.

Elena Gutierrez Sánchez, responsable de la clínica veterinaria Cuatropatas, ilustra:  «Los residuos veterinarios se recogen por empresas privadas (en mi caso Bioclean), como Gersicil en Léon, según Artículo 5 del R.D. 553/2020, de 2 de junio, por el que se regula el traslado de residuos en el interior del territorio del Estado). Y los cadáveres son recogidos por una empresa para la incineración que está regulada por la Consejería de Agricultura, Pesca y Medioambiente de la Junta de Andalucía por el que se establecen las normas sanitarias aplicables a los subproductos animales no destinados al consumo humano y Art.5.3 del Decreto 68/2009 donde se regulan las disposiciones específicas en la comunidad autónoma andaluza».

En este sentido María Luisa Fernández Miguel, vocal de Pequeños Animales de la Organización Colegial Veterinaria-OCV y presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife, recuerda que «los centros veterinarios como tales, al margen de la regulación genérica de áreas relacionadas como los residuos o las instalaciones radiológicas, coincidente con otro tipo de actividades, carecen de una normativa legal específica y global, ya que si bien los veterinarios son considerados profesionales sanitarios, como no podía ser de otra manera, sus establecimientos no, pese a la importancia que tienen no sólo en cuanto a la sanidad animal sino también con respecto a la salud pública”. 

Vetsostenible

En todo caso, la Organización Colegial Veterinaria ha establecido dentro de sus competencias diversas normas reguladoras de la actividad profesional, como en lo referente a la clínica de animales de compañía, la clasificación de los centros, la definición de la formación específica, agrega la experta. 

Recuerda, además, que los residuos veterinarios «son de amplio espectro, es decir, van de los puramente equiparables a los domésticos a otros considerados como peligrosos, tipo los infecciosos o citotóxicos, agrupándose y siendo almacenados temporalmente dentro del centro en sus correspondientes contenedores según su tipología, hasta que son recogidos y transportados a su destino final por entidades autorizadas y contratadas para esta gestión. Todo ello con escrupuloso cumplimiento de la legislación en materia de residuos sanitarios. Además, dentro de la estrategia VetSostenible, existe una referencia dedicada a la importancia de reducir, reciclar y reutilizar como prácticas clínicas respetuosas con el medio ambiente».

Hay que tener en cuenta que la gestión de los residuos sanitarios afecta principalmente a tres ámbitos, tal y como detalla Elena Gutierrez Sánchez: a la salud pública, dado que una mala gestión interna del centro puede afectar a pacientes y al público, así como una inadecuada gestión externa puede dañar a la población general; al medio ambiente, cuando se realiza un tratamiento y eliminación ineficaz de los residuos dando lugar a emisiones contaminantes y a los trabajadores, tanto los que realizan su actividad laboral en el centro productor como aquellos que trabajan en la gestión externa de los residuos.

Ante esta tesitura, Elena Gutierrez Sánchez recuerda los retos a los que se enfrentan las clínicas veterinarias. «Deberían ser las empresas públicas las que se encargaran de la recogida de estos residuos y no les costara dinero a los pequeños autónomos. De esta forma se aseguraría que se realiza una buena gestión de eliminación de residuos. Yo cuando empecé mi carrera profesional trabajé en clínicas donde no se eliminaban los residuos e iban todos a la basura. Ahora parece que está mejor regulado. En 2023 tuvimos que presentar una memoria descriptiva y presentar el contrato con la empresa encargada en la recogida y transporte de residuos a los colegios veterinarios».

De la misma opinión se muestra  María Luisa Fernández Miguel:  «Los veterinarios como profesionales sanitarios cumplen escrupulosamente con los protocolos ordenados por la legislación aplicable, a pesar de no ser considerados centros sanitarios y a pesar de cargar con un IVA del 21%, mientras el resto de los centros sanitarios están exentos del mismo. Sería de justicia que este IVA de los veterinarios se equiparara al del resto de los agentes sanitarios, ya que tenemos que cumplir con las mismas legislaciones que el resto y somos un punto de control crítico de la salud y la sanidad animal y humana».

Las administraciones públicas deberían de tener mayor implicación con el sector, no solo en este punto sangrante, sino también por ejemplo a la hora de facilitar la recogida gratuita de los cadáveres de animales de compañía que fallezcan en un centro veterinario por parte de los servicios municipales, que no es posible en algunos ayuntamientos o tiene cargos para el centro veterinario, mientras no los tiene, por ejemplo, si el fallecimiento se produce en casa del propietario, agrega la experta. 

De hecho, «no hay un sistema similar con el alcance y extensión nacional del SIGRE específico para centros veterinarios, que se ocupe de la recogida, gestión y tratamiento de los medicamentos veterinarios en desuso, debiendo acudir el ciudadano a los puntos de recogida establecidos por aquel sistema, como decimos no específico de la actividad veterinaria. El SIGVET es una propuesta de sistema alternativo de recogida de medicamentos veterinarios para eliminarlos de forma adecuada y evitar posibles contaminaciones», apostilla la presidenta del Colegio de Veterinarios de Tenerife.

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