Dr. Molina: «Cada minuto que una arteria está ocluida dos millones de neuronas mueren»
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El ictus, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV) o apoplejía, es una condición médica grave que afecta el cerebro y puede tener consecuencias devastadoras para las personas que lo sufren. Constituye la primera causa de discapacidad adquirida en el adulto y la segunda de demencia después de la enfermedad de Alzheimer, tal y como explican en la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Los síntomas del ictus pueden variar, pero comúnmente incluyen pérdida repentina de la fuerza o sensación en la cara, brazos o piernas, dificultad para hablar, confusión, problemas de visión y dolor de cabeza intenso. Es esencial reconocer estos signos de manera rápida, ya que el tiempo es crucial en el tratamiento del ictus.
La prevención desempeña un papel crucial en la gestión del riesgo de ictus. Adoptar un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular, control de la presión arterial y evitar el consumo de tabaco y alcohol en exceso, puede ayudar a reducir las posibilidades de sufrir un ictus.
El ictus es una emergencia médica que puede cambiar drásticamente la vida de una persona. La conciencia pública sobre los factores de riesgo y los síntomas es esencial para una respuesta rápida y un tratamiento efectivo. La educación continua, la investigación médica y el acceso a atención médica de calidad son componentes esenciales en la lucha contra esta condición debilitante. Desde OK Salud hemos entrevistado al neurólogo y jefe de la unidad de adictos del Vall d’Hebrón, el doctor Carlos Molina, para que nos hable de One Step Ictus, un programa revolucionario que está mejorando el pronóstico de los afectados de ictus de manera radical.
PREGUNTA.- Todo el mundo sabe más o menos lo que es un ictus, pero ¿podría describirlo brevemente?
RESPUESTA.- Un ictus es una alteración brusca de la circulación cerebral porque, por ejemplo, una arteria cerebral se tapa y afecta a una parte del cerebro que queda sin función, y por tanto quedan secuelas, o bien porque la arteria se rompe en lo que llamamos “ictus hemorrágico” y produce secuelas causadas por la destrucción que provoca la sangre en el cerebro.
P.- ¿En qué consiste el programa One Step Ictus?
R.- El programa One Step Ictus es un programa innovador que tiene como objetivo acelerar el acceso de los pacientes a tratamientos específicos, no sólo en lo que es la trompectomía mecánica, que es una terapia para abrir la arteria afectada y restituir el flujo sanguíneo en esa zona, sino también con el objetivo de estabilizar pacientes con hemorragia intracerebral, que puedan beneficiarse de tratamientos tanto médicos como quirúrgicos. Por tanto, es acelerar el acceso de los pacientes con ictus, sobre todo los ictus más graves, para que puedan tratarse lo más rápido posible. Es una reingeniería del proceso asistencial. En lugar de lo que actualmente hacía un paciente, que era ir a urgencias, que le mandaba a un neurólogo, se le hacía un TAC, luego se evaluaba si el paciente podía o no ser candidato a un tratamiento intervencionista; ahora se hace de forma directa: la ambulancia traslada directamente al paciente a la sala de One Step para su evaluación y tratamiento.
P.- Entonces, podemos decir que el avance tecnológico está basado en la inmediatez, por un lado, y por el otro, en los procesos.
R.- En la inmediatez, los procesos, pero también en los dispositivos o aparatos de detección y radiología para hacer la trompectomía de una forma más directa, por decirlo de alguna forma, ya que el paciente llega a la sala y se hace inmediatamente el TAC y cuando tenemos los resultados, que es de forma casi simultánea, se puede iniciar el tratamiento. Antes, para este procedimiento tardábamos unos 45-50 minutos, y ahora estamos en torno a los 14-17 minutos. Esta mejoría en el tiempo implica que los pacientes duplican su probabilidad de tener un pronóstico excelente, y eso es muy importante.
P.- ¿El tiempo es determinante?
R.- Cada minuto cuenta. Cada minuto que una arteria está ocluida dos millones de neuronas mueren, con lo cual es una auténtica carrera contrarreloj.
P.- ¿Qué balance hace del programa desde que se implantó?
R.- Empezó hace un año y ha estado en fase de pruebas. Ahora está plenamente operativo, con lo cual tenemos la parte que es la sala con la nueva reingeniería de procesos y el nuevo aparataje de radiología intervencionista para facilitar el tratamiento y acelerarlo, y también hay una plataforma digital que se llama Smart Stroke, que integra toda la información clínica del paciente más la información de costes y la información de los dispositivos que se han utilizado durante el tratamiento y los vincula con la evaluación post hospitalización. Tenemos información sobre si el paciente reingresa, el pronóstico funcional a los tres meses, etc. y esto es muy importante. Todo esto facilita la transición al domicilio, la rehabilitación y garantiza que todo este esfuerzo que hemos hecho en las primeras horas y que hemos revertido parcial o totalmente con el tratamiento, se mantenga a largo plazo.
P.- ¿Todo este proceso está integrado con la ficha médica del paciente?
R.- Totalmente, Smart Stroke lleva todo el historial médico vinculado. Esta información clínica electrónica nutre a la plataforma y en el futuro nos permitirá realizar modelos predictivos que puedan facilitar el análisis de riesgos, recurrencias, reingresos…y eso mejorará la eficiencia y reducirá los costes, ya que seremos capaces de tratar más pacientes y reducir los tiempos de estancia hospitalaria y la recurrencia. Es decir, que no beneficia solo al paciente, beneficia a los profesionales, ya que les reducimos la carga de trabajo, y al propio sistema.
P.- ¿Cuántos pacientes podrán beneficiarse de este nuevo sistema?
R.- Bueno, el total de pacientes que tratamos de ictus en el Vall d’Hebrón es de aproximadamente 1.800 al año, y de estos, aproximadamente con la mitad se activa el Código Ictus, y estos se van a beneficiar directamente de la solución One Step recibiendo este nuevo tratamiento en las primeras horas, aproximadamente unos 500 o 600. Los que no son seleccionados, se debe a que han sufrido ictus menores que no requieren esta intervención, o porque simplemente, en algunos casos no son ictus, sino otra cosa.
P.- De los que se benefician del programa One Step, ¿qué porcentaje se recupera?
R.- Aproximadamente el 40-50% queda con en una situación de independencia y pueden llevar a cabo sus actividades de la vida diaria con normalidad pasados tres meses.
P.- ¿Cuál es la importancia de la I+D para mejorar la atención a los pacientes con este tipo de ictus?
R.- Es la base del avance de la medicina. Sin ella nos quedaríamos estancados, tenemos que estar continuamente en un proceso de plantear y replantear las hipótesis con las que trabajamos. Nuevos fármacos, nuevos dispositivos, la mejora de los procesos…todo eso depende de la investigación continua. Pero siempre, y esto es importante, centrados en el paciente y en mejorar su calidad de vida.
P.- ¿Cuál es el siguiente objetivo para el programa One Step Ictus?
R.- El primer paso es la escalabilidad del proceso, incluso a nivel europeo, porque se trata de algo revolucionario. También escalabilidad a nivel de plataformas, integración digital, modelos de entrenamiento descentralizados… Esto último es un proyecto (llamado Trust Stroke) que estamos llevando desde el Vall d’Hebrón a nivel europeo, que nos sirve para entrenar en varios centros a los algoritmos de prevención, etc. para tomar medidas más individualizadas. Son medidas que creemos que en unos 2 o 3 años podremos ya ver implementadas. En cualquier caso, es un proceso que se irá dando en los lugares que compartan una serie de características, sinergias, experiencia… que hagan que sean lugares idóneos para escalar el programa, no se puede hacer en cualquier hospital.