David Callejo: «Inteligencia emocional, escucha activa y lenguaje sencillo para crear conexión entre médico-paciente»

David Callejo es médico anestesista infantil y divulgador, autor del libro: 'Lo primero, la vida' y forma parte del pódcast 'Ciencia o evidencia'.

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Acudir a un hospital o a una consulta médica siempre es un momento complicado que, además, nos puede resultar incómodo desde el punto de vista emocional, sobre todo porque no sabemos qué noticias nos pueden dar. Es posible que en muchas ocasiones, la noticia no sea buena o la consulta sea tan rápida que no tengamos tiempo de procesar toda la información y trasladar al personal sanitario todas nuestras dudas.

Ante escenario, los médicos deben contar con herramientas basadas en la empatía y la inteligencia emocional, con el fin de poder crear una conexión fluida entre médico-paciente que haga el proceso más amable, donde el paciente se sienta escuchado y cuidado.

Con el fin de tratar todos estos aspectos, Mejor Conectados, la iniciativa de Telefónica, ha contado con el testimonio del doctor David Callejo, médico anestesista infantil y divulgador, con una comunidad en Instagram de 324.000 seguidores, también es autor del libro: Lo primero, la vida: El día a día de un médico que aprendió a darlo todo y forma parte del pódcast Ciencia o evidencia.

Uno de los primeros factores que hacen que los pacientes tengan miedo a lo que pueda pasar dentro de una consulta u hospital es que no entienden lo que está pasando. Por ello, Callejo defiende la humanización de la Medicina. «Esto consiste en que el paciente sea el centro de la Medicina. Al final, nosotros como médicos lo que estamos haciendo es tratar a personas enfermas, no estamos tratando enfermedades», comenta.

De hecho, expone que «uno de los grandes déficits de la carrera de Medicina es que no nos enseñan nada de comunicación, nadie me enseñó a decirle a un paciente que se va a morir o a decirle a un padre que su hijo está enfermo. Creo que la comunicación debe ser una parte troncal de la carrera sanitaria».

«En Medicina no nos enseñan nada de comunicación»

Es en este punto en el que Callejo pone una anécdota que le pasó en primera persona y que, de alguna manera, le ayudó a comprender que los médicos no sólo deben tener bien aprendida la teoría para aplicarla de forma magistral, sino que, además, deben tener una comunicación clara con los pacientes para que éstos, entre otras cosas, esté cómodo y se sienta en confianza.

«Un médico adjunto me pidió que cogiera una vía a un paciente, lo hice y pensé que todo me había salido perfecto, la vía estaba canalizada, conectamos el suero y todo funcionaba perfectamente. En ese momento, el adjunto me llevó a un lado y me dijo: ‘Lo has hecho muy mal’. Me sorprendí, le dije que la técnica estaba perfectamente hecha, pero me contestó que no le había dicho al paciente que le iba a coger la vía, no le había explicado el proceso ni te has presentado, se te ha olvidado todo lo importante», relata Callejo.

Y es que esta humanización de la Medicina, donde el paciente está en el centro de todos los procesos hospitalarios y sanitarios, es una forma de aprender a cuidar a las personas y, por supuesto, también a los médicos. Tal como expone Calleja, la idea es que cuando estás con personas que tienen una enfermedad, tú como persona también debes saber cómo gestionar de manera satisfactoria esa relación paciente-médico.

Defiende que ser buen médico va más allá de curar a un paciente, también hay que aprender a acompañar todo el tiempo. «A veces escuchamos eso de ‘es muy borde, pero es muy buen médico’. No, no es así, es que si es muy borde, no es muy buen médico. No son cosas que se puedan separar. Son dos caminos que van de la mano».

E insiste en la idea de que «hay que acompañar, sobre todo porque muchas veces el objetivo ya no puede ser curar. Tenemos que asegurarnos que acompañamos siempre, tenemos que ser cercanos y cuidar lo más posible al paciente».

«Si es muy borde es que no es buen médico, tenemos que cuidar al paciente»

La inteligencia emocional es otro de los grandes ingredientes que nutren la relación de los médicos con sus pacientes. Esta herramienta es la que brinda la capacidad a la comunidad médica de «entender las emociones propias y las de los demás, y esto es fundamental para comunicarnos correctamente».

Sin olvidar, eso sí, que el paciente está en el centro de toda la atención asistencial. «Tiene que convertirse en el personaje principal. Uno al que el médico tiene que dotar de las herramientas esenciales y de la seguridad necesaria para sentirse cómodo en un entorno complicado y a superar momentos complicados».

Y es que el personal médico, a menudo, tiene que intentar buscar el equilibrio perfecto entre comunicarse con el paciente contando las cosas de forma sencilla y realista, y al mismo tiempo tener en cuenta sus emociones. Par conseguir esto, explica Callejo, «el médico tiene que implicarse en su propio cuidado personal y trabajar en cómo proyecta sus propias emociones en el resto». 

Escucha activa y lenguaje sencillo

Callejo cree que en materia de humanización de la Medicina, por todos los motivos anteriormente expuestos, hay aún mucho camino por recorrer, a pesar de que se han hecho esfuerzos en que la comunidad médica vaya más allá de los conocimientos puramente técnicos y den un paso más en esa inteligencia emocional que hace que todo sea un poco más sencillo cuando un médico se enfrenta a un paciente.

En esta línea, Callejo cree que para lograr una comunicación efectiva con el paciente hay que seguir varias pautas básicas y una de ellas es el uso de un «lenguaje fácil de entender» porque cuando hay emociones presentes, sin duda, «todo se complica».

Expone en Mejor Conectados que hay que activar la empatía y usar un lenguaje sencillo y asequible para todo el mundo. «El paciente debe entender con facilidad lo que le pasa a través de las palabras, simplificando el mensaje para que te entienda y siendo conscientes de que nuestras palabras pueden afectar a la persona». También defiende que usar un lenguaje sencillo «no debe suponer una infantilización del paciente o que haya una pérdida de la profesionalidad por parte del médico».

Otro punto esencial es la empatía, como ya hemos citado, así como llevar a cabo una escucha activa. Según los estudios realizados, el médico interrumpe al paciente antes de los 10 segundos. Sin embargo, Callejo recomienda ir por detrás, dejarle hablar y ver qué necesita. Sacar conclusiones de sus palabras.

Por tanto, subtaya, que cuando se presenta una enfermedad hay que poner todos los sentidos en escuchar a esa persona porque «para los pacientes eres crucial en su vida, es posible que lleven tiempo esperando tener una cita contigo. Es posible, además, que lleguen de uñas, pero es importante», dice, «que confiéis en el personal sanitario porque cuidan a los pacientes, los que hacen las cosas mal son minoría».

«Por favor, no nos volvamos locos con internet»

También, según las palabras de Callejo, los pacientes tienen la capacidad de tener una comunicación fluida con sus médicos, ya que se trata de una calle de doble dirección. Las consultas, expone, suelen ser cortas y es posible que  nos podamos poner nerviosos ante escenarios complejos y tengamos decenas de preguntas que se nos atropellan en la mente.

En ese momento, explica, «lo mejor es prepararnos la visita previamente. Apuntar todas las dudas que tenemos y así no olvidarnos de ninguna cuando tengamos al médico delante. Esta comunicación médico-paciente mejorará la relación entre ambos». E insiste: «Por favor, no nos volvamos locos con internet. Lo mejor es llevarse a la consulta una libreta y apuntar todo». 

Otra opción, indica, es grabar las consultas. De este modo, defiende, «podrás escuchar todas las respuestas tranquilamente cuando llegues a casa. Lo más seguro es que, con los nervios, no hayas podido entender alguna respuesta del médico». 

Por último, y a modo de conclusión, Callejo cree que, a pesar de todas las dificultades, tiene «el mejor trabajo del mundo», que es «ayudar a la gente en el peor momento de su vida, cuando pierden la salud y más preocupados están es un privilegio».

¿Qué es Mejor Conectados?

Mejor Conectados es una iniciativa de Telefónica para visibilizar talento e inspirar conexiones para que las personas se sientan capaces de lograr lo que se propongan. A través de historias que retratan a la perfección la idea de que «cuando conectamos, somos capaces de hacer cosas increíbles»; que es la verdad universal sobre la que se construye Mejor Conectados. 

El objetivo de Mejor Conectados no es otro que poner en valor el poder de las conexiones humanas: «Queremos hacer nuestro mundo más humano conectando la vida de las personas», afirma José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.

«En Telefónica, creemos en un mundo más humano. Un mundo que se mueve gracias al talento de las personas. Por eso apoyamos el talento como mejor sabemos: conectándolo. Mejor Conectados quiere ser un lugar donde inspirarse, encontrarse, conectar y lograr cosas increíbles», explica Rafael Fernández de Alarcón, director de Marketing Global de Telefónica.

¿Qué podemos encontrar en cada apartado de la plataforma?

En el apartado ‘Inspírate’ encontramos historias que ponen de manifiesto que  conectando con otros logramos cosas increíbles. Descubriremos qué conexiones hicieron posibles grandes logros y cómo de diferentes personajes como Rafa Nadal, el chef Ferrán Adrià, la nadadora paralímpica Teresa Perales, el triatleta Javier Gómez Noya o el exjugador de baloncesto Nacho Azofra.

Además, también cuenta la historia de cómo el jugador de fútbol Keita Baldé se implicó en mejorar la situación laboral de los jornaleros durante la pandemia. De Discamino, una asociación para ayudar a personas con discapacidad a conseguir su sueño de hacer el Camino de Santiago. O, cómo el trabajo conjunto y la confianza del equipo de K4 fue el camino hacia la victoria.

Asimismo, junto a estos vídeos inspiradores, en Mejor Conectados podemos encontrar ‘Aprende’. Se trata de una serie de pequeñas “clases magistrales” en las que grandes figuras como Molo Cebrián, Marta Gilart, Gemita, Iñaki Gabilondo, Toni Nadal, María Zabala, Rafa Nadal o Amaya Valdemoro ofrecen, en primera persona, consejos y reflexiones que nos pueden servir de inspiración y aprendizaje. En definitiva, para establecer mejores relaciones en nuestro día a día.

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