Gerente médico de Aegon

Alvar Ocano (Aegon): «Los jóvenes de 18 a 25 años son los que más consultan síntomas en internet»

Más de la mitad de los españoles confía en la información médica online, según el estudio de Aegon

internet síntomas
Alvar Ocano, gerente médico de Aegon.

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El acceso a internet ha cambiado la forma en que las personas se informan sobre su salud, pero ¿qué consecuencias tiene esta tendencia en la relación entre pacientes y médicos? Según el VII Estudio de Salud y Estilo de Vida de Aegon, más de la mitad de los españoles (55,3%) confían en la información médica encontrada en la red, mientras que un 67,4% ha recurrido a la automedicación. Este fenómeno se acentúa entre los jóvenes de 18 a 25 años, quienes utilizan internet como su primera fuente de consulta, aumentando el riesgo de diagnósticos erróneos y la posible aparición de hipocondría digital.  

Más allá de la búsqueda de síntomas, el estudio también analiza la influencia de las redes sociales y las aplicaciones de bienestar en la toma de decisiones médicas, la percepción del riesgo de enfermedades y la accesibilidad a la atención sanitaria en distintas comunidades autónomas. Frente a este panorama, Alvar Ocano, gerente médico de Aegon, en entrevista a OKSALUD, nos ofrece su visión sobre el impacto del autodiagnóstico en la salud de los pacientes y en el sistema sanitario, así como las medidas necesarias para garantizar un acceso seguro y fiable a la información médica.

PREGUNTA.- ¿Qué motivó la realización de este estudio?

RESPUESTA.- Principalmente, obtener un visión global, profunda y actualizada sobre la percepción del estado de salud física y emocional, y el bienestar social de los españoles. En esta séptima edición (VII Estudio de Salud y Estilo de Vida), se abordan aspectos como los hábitos alimenticios o de estilo de vida, el uso que se hace de las nuevas tecnologías, los niveles de estrés, la satisfacción laboral o la automedicación. También se estudia la percepción de las actividades de ocio y tiempo libre.

P.- ¿Qué impacto puede tener el autodiagnóstico en internet sobre la salud de los pacientes y la relación con los profesionales médicos?

R.- El impacto puede ser grave tanto en lo que tiene que ver con la salud de los pacientes, como en la relación con los profesionales médicos.  Hay que tener en cuenta que, en internet, si no contamos con una serie de “filtros”, podemos encontrar información muy dispar, proporcionada por muy diferentes perfiles (desde profesionales cualificados hasta amateurs desinformados).

Así, las personas que buscan síntomas en la red, pueden hacer una interpretación errónea de la información que buscan y llevar a diagnósticos incorrectos y, en consecuencia, a un tratamiento inapropiado generando efectos adversos. También, al encontrarse con información alarmante que tomen como real, les generas una ansiedad innecesaria. Incluso, algunos pacientes evitan acudir al médico o retrasar su consulta con el profesional y empeorar su condición. 

En cuanto a los profesionales, son muchos los que se encuentran con pacientes que llegan a consulta con ideas preconcebidas de lo que tienen, basadas únicamente en búsquedas en internet. Esto ocasiona un molesto sentimiento de desconfianza o incluso pequeños conflictos con el profesional si ambos diagnósticos no coinciden. 

P.- ¿Cómo influye el acceso a internet en la percepción del riesgo de ciertas enfermedades y en la toma de decisiones sobre la propia salud?

R.- El acceso a internet proporciona mucha y variada información, lo que en muchos casos puede llegar a ser un gran riesgo. En este sentido, muchos pacientes pueden tomar decisiones equivocadas al no tener el conocimiento suficiente para entender o interpretar la información encontrada. Además, los testimonios de ciertos perfiles con mucho impacto en redes sociales pueden jugar un papel crucial en la salud y los usuarios pueden tomar esa historia personal como ejemplo para su caso concreto.

Al contrario, también encontramos una respuesta positiva ya que, la búsqueda previa de información responsable por parte del paciente puede generar confianza y diálogo. Estos, pueden llegar a la consulta con preguntas más concretas y una comprensión más clara sobre el diagnóstico. La clave está en balancear la información obtenida en línea con el asesoramiento de profesionales médicos para tomar decisiones de salud más informadas y seguras.

P.- Dado que un 55,3% de los españoles confía en la información de internet sobre salud, ¿qué medidas se pueden tomar para asegurar que accedan a fuentes fiables y eviten información errónea o alarmista?

R.- Lo primero de todo es enseñar a la población a evaluar las fuentes e identificar las que sean confiables y que se basen en información científica a través de programas educativos que les enseñe a evaluar la credibilidad de estas. También, fomentando el pensamiento crítico sobre toda aquella información que encuentran, a ser cautelosos con ella y a incentivar el uso de sitios web oficiales y respaldados por instituciones reconocidas. Por otro lado, se deben realizar campañas activas por parte de las autoridades sanitarias y profesionales de la salud para paliar los mitos y la desinformación, así como crear y promover la participación de profesionales médicos en blogs o plataformas.

En cualquier caso, en Aegon siempre repetimos lo mismo: consulte con su médico de confianza antes de iniciar tratamientos más o menos complejos; solo una cuidadosa evaluación de los síntomas puede descartar que se trate de algo más serio.

P.- El estudio revela que los jóvenes de 18 a 25 años son los que más buscan síntomas en la red. ¿A qué factores cree que se debe esta tendencia y qué consecuencias puede tener en su comportamiento sanitario?

R.- Los jóvenes de esta franja de edad son nativos digitales, nacieron con internet y las redes sociales y tienen un acceso constante a la web. También se encuentran en una etapa de transición hacia la vida adulta en la que buscan tomar el control sobre su vida incluyendo en muchos casos, la toma de decisiones relacionadas con la salud. Autodiagnosticarse puede verse como una forma de adquirir poder sobre su bienestar sin la necesidad de depender de un tercero. 

Las consecuencias de esta tendencia pueden derivar a un autodiagnóstico erróneo y con ello, la posibilidad de iniciar un tratamiento inapropiado o peligroso. También puede dar lugar a un comportamiento de hipocondría digital, donde constantemente se busca información sobre síntomas o enfermedades alimentando su preocupación o generando confusión y ansiedad. 

P.- El aumento del autodiagnóstico también está relacionado con la automedicación (67,4%). ¿Cómo pueden los profesionales sanitarios y las instituciones educar mejor a la población sobre los riesgos de esta práctica?

R.- Para abordar este problema, tanto los profesionales sanitarios como las instituciones tienen un papel fundamental a la hora de educar a la población sobre los peligros y las implicaciones de la automedicación. Incluir contenidos en programas educativos e incorporar módulos de salud o realizar campañas de concienciación a través de medios digitales, redes sociales o plataformas de vídeo con mensajes claros, son algunas de los protocolos que se deberían activar. También, reforzar el control en la venta de medicamentos sin receta o una regulación más estricta de la venta en línea para asegurar que las plataformas sean legítimas y operen bajo estándares de seguridad. Por último, reforzar el papel de la consulta médica, fomentar la relación del paciente con su profesional sanitario y promover la consulta médica preventiva para poder detectar posibles problemas de salud a tiempo.

P.- Las búsquedas sobre síntomas psicológicos representan el 30,7% del total. ¿Podría esto indicar una falta de acceso o confianza en los profesionales de salud mental?

R.- Para los profesionales de la salud, este dato es preocupante incluso alarmante. Significa que, efectivamente, no hay un acceso fácil a los profesionales de la salud mental, o existe desconfianza en la atención de estos. Para abordar esta problemática, es necesario mejorar la accesibilidad aumentando el número de profesionales en este sector, especialmente en áreas con menos recursos. Además, es necesario mejorar la calidad de la atención de estos, reducir el estigma y educar a la población sobre los riesgos del autodiagnóstico. 

P- Si bien los buscadores son la principal fuente de información sobre salud (44,4%), ¿qué papel pueden jugar las redes sociales y las apps de bienestar en la difusión de información médica confiable?

R.- Las redes sociales tienen un papel protagonista como herramientas para buscar información y son especialmente consideradas para aquellas personas que quieren encontrar consejos, motivación o simplemente para mantenerse informadas. La capacidad de viralizar información permite que campañas de sensibilización y educación lleguen a millones de personas de manera rápida y efectiva. Esto debería ser aprovechado por las Instituciones para reordenar el autodiagnóstico y autoprescripción.

Además, están disponibles las 24 horas del día, lo que facilita el acceso a la información médica en cualquier momento y desde cualquier lugar facilitando a aquellos perfiles que no puedan acceder a consultas médicas presenciales por diversos motivos. En este sentido, el uso de apps para el cuidado de la salud afianza una tendencia alcista en los últimos años y actualmente un 28,7% de la población los utiliza para, por ejemplo, controlar los pasos en un 63,8%. Sin embargo, al igual que otras fuentes de información, existe el riesgo de que se difunda información incorrecta.  

P.- Algunas comunidades autónomas presentan mayores tasas de autodiagnóstico que otras. ¿Podría esto estar relacionado con la accesibilidad a la atención médica presencial en cada región?

R.- Exacto, el estudio muestra como por ejemplo como los extremeños (63,3%), canarios (61,2%) y riojanos (61,2%) son los ciudadanos que más información sobre enfermedades buscan en línea y efectivamente puede ser la respuesta a una baja disponibilidad médica, falta de infraestructuras sanitarias cercanas o largas distancias entre el paciente y el centro especialista. También sucede que en algunas regiones la demanda de atención médica supera la capacidad de los servicios sanitarios, lo que genera largas listas de espera, o incluso la desigualdad entre regiones de la distribución de servicios especializados.

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