Javier Cárdenas explica las facilidades que pone el Gobierno de Sánchez para que sus socios le hagan un homenaje al primer asesino de ETA. Lo de ayer no fue el primero que se le hizo, Txabi Etxebarrieta fue el primer asesino de ETA, el 7 de junio de 1968 tomó una decisión que ha marcado el devenir de la historia reciente de España, en un momento en el que la banda criminal estaba debatiendo internamente si iba a utilizar el terrorismo como método para obtener sus reivindicaciones políticas. Ese día mató a sangre fría al guardia civil José Pardines Arcay, que se encontraba controlando el tráfico en una carretera cerca de Aduna (Guipúzcoa). Etxebarrieta, su hermano José Antonio y el navarro José María Eskubi fueron quienes encabezaron la corriente interna que expulsó a los obreristas más destacados.
La primera parte de la asamblea, celebrada el 7 de diciembre de 1966 en Gaztelu (Guipúzcoa), ratificó la expulsión del obrerista Patxi Iturrioz decidida de antemano por el Ejecutivo (dirección máxima, en el exilio), provocando así la escisión de los obreristas en una organización que se llamaría ETA Berri (ETA nueva, en castellano), posteriormente Komunistak, embrión de lo que sería luego el Movimiento Comunista de España (MCE). Etxebarrieta e Iñaki Sarasketa se dieron a la fuga refugiándose en la casa de un cura de Tolosa. Tras permanecer unas horas refugiados decidieron abandonar la casa parroquial, siendo parados inmediatamente por agentes de la Guardia Civil que aún no conocían sus identidades. Durante el cacheo no detectaron la pistola que portaba Sarasketa, pero sí encontraron la de Etxebarrieta, por lo que en ese momento se inició un tiroteo en el que resultó muerto Txabi Etxebarrieta con dos heridas de bala en Benta Haundi (Tolosa).
Iñaki Sarasketa logró escapar del tiroteo apuntando con su arma al conductor de un coche, al que obligó a transportarlo hasta la Iglesia de Errezil, donde se refugió para ser detenido al día siguiente. El 2 de agosto, en represalia por la muerte de Etxebarrieta y por ser considerado un torturador, ETA asesinó al mando policial Melitón Manzanas aplicándose el estado de excepción en el País Vasco. Durante algún tiempo hubo un busto de Etxebarrieta en la plaza Urretxindorra, situada en el barrio bilbaíno de Ocharcoaga, hasta que fue retirado por el Ayuntamiento de Bilbao en septiembre de 2004, debido a las protestas de diversos sectores.