Ya no hay espacio en Moncloa para tanto asesor

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Como eran pocos, parió la abuela. O mejor dicho: como eran pocos, parieron los Presupuestos Generales del Estado de 2023, que prevén la incorporación de 46 nuevos asesores al servicio del presidente Pedro Sánchez, el Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, la portavocía y varias Secretarías de Estado. Con la llegada de este casi medio centenar de asesores a las instalaciones de la Moncloa, que se suman a los 475 que en la actualidad ya desempeñan allí sus labores, la cifra total ascenderá hasta los 521.

Y como el palacio presidencial no tiene sitio para acoger a tanto personal, se están acometiendo obras de acondicionamiento de distintos espacios para que todos ellos dispongan de un lugar de trabajo cuando se incorporen a sus funciones. Por supuesto, no será gratis: habrá que afrontar una remodelación de varias salas y dotarlas de mobiliario. La mayoría de los nuevos asesores, que engrosarán la larga lista de cargos de confianza del Gobierno, desempeñarán sus funciones entre los edificios de Semillas -que alberga el gabinete de la Presidencia-, el del Portavoz -sede de la Secretaría de Estado de Comunicación- y el INIA -que acoge la sede del departamento que dirige Bolaños-.

A este paso, el complejo de la Moncloa amenaza con dejar en pañales al de la ONU, porque entre asesores y funcionarios el personal se cuenta ya por miles. Lo de los asesores, ciertamente, es de aurora boreal, porque desde que gobierna Pedro Sánchez su incremento se produce a un ritmo exponencial. Sánchez vuelve a superar la mejor marca mundial de contratación de personal eventual. Que el gasto en personal laboral -no cuentan los funcionarios- haya alcanzado niveles nunca vistos, a Pedro Sánchez se la bufa, porque al fin y al cabo la fiesta del gasto la pagan los españoles con sus impuestos. Por eso no los baja: porque el pesebre socialcomunista no deja de engordar.

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