Venga, Pedro, atrévete a dejar a España sin Mundial

En su afán por rentabilizar políticamente sus pulsiones antisionistas, el Gobierno de Pedro Sánchez ha seguido apretando la tuerca del populismo más extremo y, después de obligar a RTVE a anunciar que España no participará en el próximo Festival de Eurovisión si lo hace Israel, no descarta que la selección nacional de fútbol renuncie al mundial de fútbol si se clasifica el combinado hebreo.
De una tacada, Sánchez lleva su delirio a la música y al deporte en una exhibición de estúpido oportunismo político. Después de sacar pecho por haberse cargado la Vuelta España, trasladando al mundo una imagen bochornosa, Sánchez ha decidido que la mejor manera de zafarse de la corrupción y de la sensación de parálisis que traslada el Ejecutivo es liderar la condena a Israel y de escenificar una ofensiva en toda regla contra el Gobierno de Netanyahu por su ofensiva militar en Gaza.
El problema, como siempre, es que Sánchez no está pensando en los intereses nacionales, sino en su propio interés personal y está generando un dañino clima de tensión añadido para exacerbar los ánimos de los sectores más radicales de la izquierda abanderando la causa propalestina con una falta de equilibrio y rigor que empieza a ser altamente preocupante.
Porque lo suyo va mucho más allá de sus reproches al Gobierno de Tel Aviv, ya que ha metido en el mismo saco al entero pueblo judío, obviando que sectores muy numerosos de la sociedad israelí son los más críticos con el propio Netanyahu. Sánchez confunde la parte con el todo y en ese plan de ir al bulto contra Israel está comprometiendo peligrosamente los intereses de España. Ahora amenaza con retirar al equipo nacional del Mundial de fútbol si se clasifica Israel.
No tendrá valor, porque todo su plan no es más que una campaña de golpes de efecto orientada a desviar la atención de la corrupción que rodea a su familia y su partido. Si Israel consigue su pase para el campeonato del mundo, vamos a ver cómo se las ingenia el personaje para tragarse su amenaza. Que se la tragará enterita, tiempo al tiempo.