'Caso García Ortiz'

García Ortiz se queda sin explicación sobre el borrado del móvil: «No sé lo que hice»

Asegura que sus móviles tienen “borrados automáticos a las 24 h; no permito que aguanten más de un mes”

⁠⁠García Ortiz dice que fue modificó la nota para no hablar de “la pareja de Ayuso” y sí de González Amador

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El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha declarado este miércoles en el Tribunal Supremo, que puede ser que sí hiciera el borrado de sus mensajes de WhatsApp de los días de la polémica filtración de correos electrónicos sobre la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador.

Ante los jueces de la Sala Segunda, García Ortiz ha señalado: «Primero, yo no estoy tan seguro de que sea un borrado, sé que entré en un menú en el que hay varias opciones, puede que hiciera el borrado, no estoy seguro. De lo que sí estoy seguro es que en los meses previos [al registro de la UCO] ya no estaban los whatsapps que podría enseñar para exculparme. No puedo enseñar el dispositivo porque había desaparecido. Di todas, absolutamente todas, mis contraseñas de cuentas personales y profesionales».

Al iniciar su declaración, García Ortiz anunció que no respondería a las preguntas de las acusaciones, y especialmente sobre la acusación particular, la de González Amador quiso explicar su postura: “Como es evidente, soy el fiscal general del Estado y tengo un absoluto respeto, el mayor puedan imaginar, sobre los perjudicados. Nos dedicamos a proteger los derechos de los perjudicados. Sin embargo, en esta causa, durante la tramitación de la misma, especialmente al inicio, se han dado unas circunstancias que me han llevado a pensar que hay actuación desleal, no con el acusado y sí con el tribunal”.

Así, García Ortiz ha reiterado que borra sus mensajes de WhatsApp «sistemáticamente» por razones de seguridad, porque no es el dueño de esos datos, sino sólo su «custodio» porque afectan a terceras personas.

A preguntas de su defensa, ha explicado que es «muy consciente» de la importancia de la protección de datos, aunque ha admitido que en la Fiscalía aún «cuesta», sobre todo en su caso porque los fiscales deben informarle sobre los asuntos más delicados. «Secretos y no secretos», ha destacado.

Explica que su móvil contiene información muy sensible de más de 2.000 fiscales de todo el país, comunicaciones sobre decisiones de prisión y relaciones internacionales con fiscales extranjeros.

Ha dicho que no es opcional borrar o no los datos, «esta eliminación de datos es preceptiva» porque si su teléfono móvil «acaba en manos de terceras personas» –»si me lo dejo encima de una mesa, me lo roban o me lo hackean– estoy poniendo en peligro a terceras personas de este país».

Ha indicado que hace «borrados sistemáticos». «Yo no dejo que permanezca más de un mes en mi WhastApp la información», ha precisado, porque si no se «acumulan».

El borrado que, tal como constata la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, hizo el 16 de octubre de 2024, cuando le encausó el Supremo,  según defiende García Ortiz no ya afectó a los mensajes de los días clave de la presunta filtración –del 8 al 14 de marzo– porque no estaban en su teléfono desde hacía meses.

Sobre la nota institucional elaborada para responder a los cuestionamientos de los fiscales de Delitos Económicos, García Ortiz detalló: «La nota la hace el fiscal general con su jefa de comunicación. Cuando en una institución se toma una decisión se lleva a cabo, no hay borradores desde la Fiscalía de Madrid ni convocatoria de rueda de prensa. Era poner en valor el trabajo de la Fiscalía».

Posteriormente, al detectar problemas con la nota, se realizaron ajustes, eliminando referencias a «la pareja de la presidenta» y términos como “en respuesta a responsables políticos» para centrarse en defender la profesionalidad de los fiscales.

En cuanto a su relación con la fiscal superior de Madrid, Almudena Lastra, García Ortiz niega que ella le recriminara por supuestas filtraciones: «En absoluto, en absoluto. Dudo que un fiscal de este país se dirija así a un fiscal general del Estado y más si no había relación de confianza». Justificó no convocarla a reuniones con el Colegio de la Abogacía de Madrid por su «actitud obstruccionista» y explicó que el objetivo de esa cita era apaciguar ánimos tras una nota dura contra la Fiscalía.

Finalmente, García Ortiz dice que no había intención de perjudicar la defensa de González Amador: “No hay nada contra González Amador, mi obsesión es proteger a los fiscales y amparar que hacemos un trabajo difícil y duro pero muy digno”. Sobre la filtración, concluyó: «La verdad no se filtra, la verdad se defiende».

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