Un asunto que huele a delito

Un asunto que huele a delito
Manuela Carmena, alcaldesa de la capital. (Foto: AFP)

El sinpa de Varoufakis en Madrid es la última evidencia de que el Ayuntamiento gobernado por Manuela Carmena es en sí mismo un escándalo que no cesa. Si el pasado lunes OKDIARIO les contaba en exclusiva cómo el azote griego de la austeridad había montado un mitin radical en Madrid a coste cero, este miércoles ampliamos la información de que Carmena permite que aún no haya apoquinado un euro a pesar de la rebaja del 70% que le hicieron por utilizar las instalaciones de Matadero Madrid. Algo muy parecido al cohecho y la malversación si tenemos en cuenta que el contrato fue firmado por Natalia Munevar, hermana de un asesor del rico ex ministro de Finanzas griego, residente en una casa a los pies del Acrópolis ateniense. Ejemplo de hipocresía en un país donde el número de menesterosos crece de manera exponencial.

No obstante, y a pesar de la falsedad que simboliza en sí mismo el ínclito Varoufakis, el compromiso de Manuela Carmena debería de ser, exclusivamente, con los madrileños, a los que ha de explicar por qué se cedió un espacio público para un evento privado sin cobrar nada a cambio y con una incomprensible rebaja en el contrato. Y cuando decimos «explicación» nos referimos a algo más serio que el peregrino argumento de la concejal de Cultura, Celia Mayer, que ha dicho: «Está en proceso de facturación». Una declaración que además de mentir a los madrileños, los trata casi como si fueran tontos. Más si cabe cuando ‘Asociación Plan B para Europa’, que así se llama la gestora del evento, se creó tres días antes de firmar el contrato.

Un colectivo que aún no está inscrito en el registro de asociaciones y que radica, para mayor escarnio, en la sede de la Oficina Europea de Podemos, donde tiene su despacho el eurodiputado Miguel Urban. Un asunto de connivencias y favoritismos que tiene que ser denunciado por parte de Ciudadanos y que, desde luego, debería ser la gota que colmara el vaso para el PSOE de la capital de España a la hora de apoyar a Carmena y sus secuaces del Palacio de Comunicaciones.

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