¿Tú también cancelando, PP?

¿Tú también cancelando, PP?

A Soto Ivars le quiere cancelar la nueva inquisición, que es la misma que existió hace siglos con igual hipocresía moral e idéntica violencia física. Sólo le acompaña la novedad que impregna esa pátina de modernidad que se otorga a sí misma la progresía reparte carnés. Por lo demás, solo cancelan los que reniegan del pensamiento tanto como de la libertad, y profesan la misma alergia a la lectura que al debate, porque su zona de confort está en el insulto preventivo y en la movilización tribal posterior. Son los mismos espíritus totalitarios de siempre con las motivaciones calcadas de antaño. Pero representan un peligro aún mayor para toda sociedad libre.

Resulta que Soto Ivars escribe un buen libro, bien documentado, Esto no existe, sobre la violencia de género , donde analiza y comenta un problema real, al mismo tiempo que denuncia la ausencia de soluciones que los diferentes gobiernos, sobre todo los de izquierdas, han aportado para revertirlo. Y en estas, las hordas de iletradas que conforman la charocracia de taca taca, en alianza con la gerontocracia agradecida por tanta pariría residencial, base sociológica decadente en la que se mueve la nueva Izquierda, casta e impura, le intentan impedir su libre derecho a expresar y explicar lo que considere, que además, es una verdad tan irrefutable como la corrupción del sanchismo. Las denuncias falsas son tan evidentes como la necesidad que tienen muchas responsables de chiringuitos ideológicos de provocar que la violencia contra la mujer no se agote. Porque el presupuesto público, y su sueldo, dependen de ello.

En España se lee poco a un lado y otro del espectro ideológico, y esto lo aprovechan los partidos de corte apesebrado para articular argumentarios de batiburrillo, sin más materia gris que la necesaria para un votante abducido en busca de mesianismo estatal. Cuando la tribu aleccionada intenta que un debate no se produzca es porque ese debate conviene y es más pertinente que nunca elevarlo a categoría pública, aunque ello suponga poner en riesgo el negocio de algunos y la mentira de muchos.

Lo que uno no esperaba es que, al coro de cancelaciones de la izquierda trashumante, se sume el PP en boca de la Consejera andaluza de Igualdad, Loles López. Coincidí con López hace una legislatura en nuestras respectivas funciones de portavoces parlamentarios, y me pareció alguien con buen empuje retórico y gran firmeza ideológica. Por entonces, era muy beligerante contra esa izquierda de quita y pon que arruinó Andalucía, aquellos que te decían como debías defender a la mujer mientras gastaban el dinero de los parados en prostíbulos de nivel. Por eso me resulta tan sorprendente como lamentable que se sume al coro de pastoras hirientes que la charocracia ha montado en torno al libro de Soto Ivars, y lo que es peor, apoye y justifique la negación de la libertad de expresión.

No han aprendido nada en el PP tras la crisis política y social del cribado de cáncer que les ha costado, de momento, la mayoría absoluta que los sondeos le daban hasta no hace mucho. La estrategia de apoyar los peores vicios de la izquierda política esperando que los votantes de ésta acudan a tu refugio electoral es tan ingenua como absurda. Y en Génova, repetitiva, lo que explica muchas cosas. Cuando buscas contentar a los que nunca te van a votar, acabas perdiendo a los que siempre te han votado. Porque el original, cuando se trata de cancelar, prohibir o eliminar la libertad ajena, siempre lo hará mejor que un reflejo cutre en el espejo.

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