Torra, con Sánchez de palmero, confisca derechos fundamentales

Torra, con Sánchez de palmero, confisca derechos fundamentales

Según consta en el real-decreto de Salud Pública aprobado esta semana por el Gobierno independentista catalán, «todos los espacios donde se realicen reuniones deben registrar a los asistentes a salas privadas, públicas o lugares de culto».  Torra se arroga poderes absolutos y tritura derechos fundamentales como el de la libertad de reunión o de culto, consagrados en la Constitución. La norma otorga plena capacidad al delincuente -ha sido condenado por un delito de desobediencia-presidente de la Generalitat para  la «limitación de la actividad, del desplazamiento de las personas y la prestación de servicios en determinados ámbitos territoriales» con el objeto de «garantizar el control de contagios y proteger la salud de las personas».

Parece evidente que el decreto catalán carece de base legal, pues una norma de carácter autonómico no puede vulnerar derechos fundamentales. Sin embargo, el Gobierno no parece dispuesto a recurrir la tropelía jurídica de Torra, al que se le ha permitido violentar de manera flagrante la Constitución española. Torra se justifica con el argumento de que la salud no puede supeditarse al cumplimiento estricto de las normas. Por eso se las salta sin que Pedro Sánchez parezca dispuesto a defender el ordenamiento jurídico.

Según la vicepresidenta, Carmen Calvo, «la Generalitat tiene competencias para determinadas decisiones que afectan a movilidad que no requieren el rango mayor de estado de alarma». Con el mayor de los respetos hacia la consideración jurídica de Calvo, esa interpretación supone que un Gobierno autonómico pueda dejar en suspenso principios fundamentales consagrados en la Carta Magna por razones de fuerza mayor. Y eso es un disparate. Sin entrar en que permitir a un presidente condenado por desobediencia triturar de forma temporal la Constitución es regalarle la llave que blinda nuestro Estado de Derecho. Dice el ministro de Sanidad, Salvador Illa, que Torra «no parece que invada competencias» con su norma, porque  «lo importante es actuar para contener y controlar el brote». Claro que lo importante es controlar el brote, pero sin triturar la Constitución. Que miembros del Gobierno de España sustenten las tesis de Torra es para echarse a temblar.

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