Te librarás de la cárcel, Pablo, pero te has retratado como un cobarde
El caso Dina-Iglesias, el del teléfono de la colaboradora del ex líder de Podemos que sirvió al ex vicepresidente del Gobierno para lanzar una miserable campaña de desprestigio contra OKDIARIO y su director, Eduardo Inda, le va a salir gratis al que fuera máximo responsable de Podemos. Y todo porque la Policía no ha podido acceder a la tarjeta del móvil destrozada. Fue Iglesias el que guardó el teléfono de su colaboradora, fue Iglesias quien tras tenerlo largo tiempo consigo se lo entregó a Dina destrozado. Por eso, el juez le imputó el delito de daños informáticos. Pero Iglesias va irse de rositas porque la tarjeta del móvil que inexplicablemente retuvo mientras cargaba ignominiosamente contra este periódico está en tal estado que es imposible determinar quién fue el último que accedió a ella.
Así que Iglesias se salva por falta de pruebas, las pruebas que contenía la tarjeta del teléfono que él se quedó hasta que decidió entregárselo, destrozado, a su ex colaboradora. Le ha salido bien la jugada, no porque haya quedado clara su inocencia -todo lo contrario-, sino porque se han destrozado las pruebas del delito de daños informáticos. Así se las gasta este personaje que ha practicado -y sigue haciéndolo- el matonismo político. Acusó sin pruebas a OKDIARIO, trató vilmente de acabar profesionalmente con su director, Eduardo Inda, y, al final, se ha demostrado que todo fue una indecente estrategia para arrogarse el papel de víctima de una supuesta conspiración de las cloacas del Estado que nunca existió. Bueno, sí que existió: la promovió él desde sus alcantarillas. Esas por las que Pablo Iglesias se mueve destilando mentiras y odio concentrado. Te has librado de la cárcel, Pablo, pero has quedado retratado como un cobarde.