Si Podemos censura a los propios, qué será de los ajenos

Si Podemos censura a los propios, qué será de los ajenos

El moderador del foro oficial de la militancia de Podemos -Plaza Podemos-entiende la libertad de expresión de manera tan amplia que los poquitos simpatizantes de la formación morada que se han atrevido a hacerse eco de la exclusiva de OKDIARIO sobre el trato indigno dispensado por Irene Montero a su escolta han sido censurados sin explicación alguna. El moderador es un experto en exterminar cualquier comentario crítico, de modo que puede dormir tranquilo: en Podemos la veneración a la pareja Iglesias-Montero da puntos y garantiza la continuidad en el partido. Peor suerte corrió la escolta, despedida por recordarle a su jefa que ella no estaba para hacer recados. Cómo será que quienes quieren expresarse libremente han tenido que confinarse en un foro alternativo que atiende al sugerente nombre de Gulag Podemos, donde consiguen zafarse de la mano exterminadora del moderador oficial.

La libertad de expresión y la transparencia en Podemos brillan por su ausencia, porque eso de la democracia interna era el cliché con el que se presentó en sociedad. Transcurrido el tiempo se demostró que todo era mentira. Hoy, Podemos es la formación más opaca y menos abierta a la crítica interna: quien se atreve a discrepar es purgado sin contemplaciones por una dirección tan monolítica como totalitaria.

La cuestión de fondo es esa: si a los propios les laminan por expresar ciertas reticencias, qué será de los ajenos que se oponen con contundencia a Podemos y advierten del peligro que supone entregar parte del Gobierno a políticos que demuestran cada día que son una auténtica amenaza para la convivencia. A Podemos, la libertad le provoca sarpullidos, de manera que no ahorran en medios para atacar a cualquiera que se atreva a denunciarles: a una escolta, a los militantes que le afean las conducta, a los periodistas críticos…

No es un asunto menor, porque Pablo Iglesias es un totalitario que ocupará, si Sánchez logra ser investido, la vicepresidencia del Gobierno de España. Y no es en absoluto descartable que quien se atreva a plantarle cara tenga que confinarse como esos militantes que, por tener el valor de referirse a la información de OKDIARIO sobre el trato indigno que Irene Montero dispensó a su escolta, sean purgados al más puro estilo staliniano.

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