La SEPI se echa a temblar tras la detención de Vicente Fernández

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Jose de la Morena
  • Jose de la Morena
  • Jose de la Morena, periodista especializado en economía desde hace más de 15 años, desarrolla su labor en el campo de la comunicación desde el prisma de las tendencias, los números y resultados de las distintas compañías. Una tarea que le ha llevado a conocer a fondo el mundo empresarial. Ha trabajado también en comunicación corporativa y como asesor para distintas marcas internacionales e institucionales.

Han detenido a Vicente Fernández. Ya es mala suerte. Fue presidente de la SEPI entre el 2018 y finales de 2019, y siguió mandando, con secretaria y todo, durante 2020, cuando estaba de interino Bartolomé Lora Toro y el propio Vicente, en teoría, no era ya nadie allí. Lo digo por aquello de que, justo antes de que llegara Belén Gualda, se gestaron los rescates de las aerolíneas. Corre como la pólvora el rumor de que la UCO puede entrar en la SEPI como si fueran marines en Irak, y los funcionarios andan poniendo a salvo sus enseres.

A Vicente Fernández no le están saliendo bien las cosas. Es un tipo al que la suerte le esquiva.

Hizo migas con María Jesús Montero en Andalucía, que le dio varios cargos, y terminó imputado (o investigado) por un caso de presunto amaño en la adjudicación de una mina en Aznalcóllar. Un día hablaremos de las minas, y de lo que pasa ahí, pero permítanme seguir con la mala fortuna del señor Fernández. Le imputaron por lo de Aznalcóllar cuando ya era presidente de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, cuando ya tocaba el cielo del intervencionismo del Gobierno, y tuvo que dejarlo.

Él, que desde ahí se codeaba con los grandes empresarios o vacilaba de poder intervenir esta o aquella empresa. Vicente Fernández, probablemente el presidente de la SEPI con mayor cariz político que recuerdan los funcionarios de la institución. La imputación le hizo salir, pero no dejar de mandar. Siguió muy vinculado a la propia Sociedad.

Fernández no podía dejar que la mala suerte, o una acusación injusta, le dejara fuera de la cadena de mando, así que siguió teniendo coche, secretaria y correo en la SEPI. Incluso visitó a varias compañías participadas. Durante su ausencia Bartolomé tuvo también la poca fortuna de tener que enfrentarse a los rescates de las aerolíneas, para lo cual preguntó al propio Fernández qué hacer.

Ya ven. Así estaba el sainete. Toca rescatar aerolíneas y empresas y la SEPI anda con un presidente dimitido por presunta corrupción y un interino sin capacidad real de decisión. Así que para decidir le acaba preguntando al propio Vicente Fernández y al ex ministro José Luis Ábalos. ¡Qué podía salir mal! La mala suerte les perseguía a todos.

El caso es que Fernández no cejó en su empeño de volver a ascender, y tras todo aquello se colocó en Servinabar, donde ahora sabemos que si tenías carné del Psoe y pocos escrúpulos te hacían un hueco. Dice Fernández que en aquel lugar no le enchufó Santos Cerdán, así que ya es mala suerte que haya terminado detenido por todo aquello.

Lo cierto es que, mientras anduvo que sí que no, mandando o no en la SEPI, alguna cosilla debió de toquetear, porque anda el personal nervioso. Temen que ahora los marines de la UCO se pongan a mirar párrafo a párrafo todo lo que se hizo con él y con Bartolomé al frente: Duro Felguera, Talgo, Air Europa… y algunas otras cosas que muchos funcionarios cuestionaron, de manera interna, cuando llevaron a cabo.

Han detenido a Vicente Fernandez. Ya es mala suerte. Ni un mes después de salir absuelto de lo de Aznalcóllar, se le vienen encima los fantasmas de Servinabar y la SEPI. Ojalá lo de la UCO sea un rumor de funcionarios. Lo contrario sería mala suerte.

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