A Sánchez se le acaba la fiesta
Además del incremento de los tipos de interés en 50 puntos básicos, el Banco Central Europeo (BCE) definió la herramienta antifragmentación para que la prima de riesgo de los países con mayores desequilibrios económicos estructurales no se dispare, donde destacan, negativamente, Italia y España.
Así, como el actual Gobierno español ha sido uno de los más indisciplinados presupuestariamente, acumulando fuertes saldos presupuestarios negativos y un aumento exponencial de deuda, ha presionado más los cuellos de botella y ese alejamiento de la convergencia europea hace que esta medida perjudique más a la economía española, por su mayor desequilibrio. Por eso eran importantes los criterios de convergencia y el respeto de la estabilidad presupuestaria. Esto, junto con semejantes desequilibrios de Italia, han hecho que el BCE cree la citada herramienta -TPI, por su acrónimo en inglés: Transmission Protection Instrument- para tratar de evitar, como decía, que los diferenciales de rentabilidad de la deuda de los países con mayores desequilibrios, como España, crezcan mucho, es decir, tratarán de contener la prima de riesgo de España e Italia, principalmente.
Si embargo, ese respaldo a las economías que lo necesiten, aunque no tendrá límite, sí tendrá estrictas condiciones:
- Exigirá el cumplimiento del marco presupuestario de la UE:
- No estar sujeto a un procedimiento de déficit excesivo.
- No podrá no haber tomado medidas efectivas en base a una recomendación del Consejo de la UE.
- No tener una trayectoria insostenible de la deuda.
- Deberán aplicar políticas macroeconómicas sólidas que permitan cumplir con los planes del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia y con las recomendaciones dadas cada país en el marco fiscal del Semestre Europeo.
El BCE acierta en exigir una disciplina férrea para evitar la fragmentación de diferenciales de riesgo, porque, si no, de nada serviría. Si el BCE cumple y es estricto en la aplicación de dicha disciplina, a Sánchez se le acabará la fiesta del populismo basado en el gasto exponencial. De lo contrario, si por no someterse a la disciplina no obtiene el respaldo del BCE mediante el programa de compra de deuda, puede provocar un incremento importante de la prima de riesgo y poner en peligro la economía española. El gran problema es que Sánchez no sabe gobernar sin gastar: ahí acaba toda su política económica.
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