La saga/fuga de Errejón

En los ámbitos neocomunistas nucleados en torno a Unidas Podemos e Izquierda Unida, mundo dentro del cual Más Madrid no deja de ser una especie de filial rebelde, llama la atención la distancia entre los fines –cambiar de arriba abajo el sistema de ordenamiento social, cultural y económico– y los medios humanos con los que quieren llevar a cabo tan magna empresa.
En el caso de Íñigo Errejón acabamos de descubrir las severas deficiencias de su tesis doctoral. Sólo un dato: tiene la codiciada mención europea pese a no presentar ningún apartado de conclusiones en otra lengua oficial distinta al castellano, a lo que podrían añadirse más de 400 faltas de ortografía, plagios de artículos previos, auto plagios dentro de la propia tesis para así engordar artificialmente su número de páginas, estructuras de índices absolutamente deficientes… Con tan pobre recorrido académico, con tan escasa formación intelectual pretenden transformar todo el ecosistema social. Curioso. Nadie podrá acusar a Errejón de pecar de un exceso de modestia. En cualquier caso, convendría recordarle que toda ambición ha de estar acompañada de un cierto sentido de la mesura.
La tesis fake es –por el momento– el último capítulo de la aventura vital de Íñigo Errejón Galván. Este joven madrileño (1983), hijo de un alto funcionario del Estado y de una bióloga, formado académicamente en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense, es uno de los fundadores de Podemos junto a Iglesias y Monedero. El preceptivo Grand Tour por alguna tiranía latinoamericana –en su caso, Bolivia y Venezuela– y unas cuantas lecturas del pensador postmarxista argentino Ernesto Laclau –al cual cita más de 300 veces en su tesis– conforman el grueso de su bagaje y lecturas. 15-M, sentido del momento, fundación de Podemos y posterior distanciamiento del camarada Iglesias –más próximo a la ortodoxia leninista, mientras que Errejón tiene querencia hacia la postmodernidad y lo naif– completan el recorrido.
Un oportunismo que nadie le discute– el mismo que le permitió obtener una sustanciosa beca de trabajo por la Universidad de Málaga sin pisar la facultad– le llevó a darse cuenta de que la decadencia de Podemos estaba próxima y que allí, tras la derrota de Vistalegre 2, sólo había sitio para uno, y ese uno no era él. Más Madrid es una balsa de aceite sobre la que navegar más dulcemente el hundimiento, y de paso seguir en el candelero, ganarse un buen sueldo como diputado autonómico y quién sabe si algún día acabar dentro del PSOE. En palabras de Juan Carlos Monedero: «Su espantada de Podemos para presentarse bajo otras siglas ha generado como resultado la subida del PSOE en el conjunto de Estado y la recuperación de Madrid para la derecha». «La suma de votos entre Más Madrid y de Unidas Podemos es la misma que obtuvo la formación morada en las elecciones en el 2015». Pues eso.