Quieren acabar con el «modelo falocrático», pero van a cargarse el modelo democrático

Con la que está cayendo, el PSOE ha convertido en prioridad educar a los padres para que ofrezcan a sus hijos una «adecuada formación afectivo-sexual» que acabe con el modelo «falocrático». La izquierda es implacable en su estrategia de adoctrinamiento de la sociedad y ahora pretende arrogarse la condición de educadora de las familias españolas. Pues vamos dados. Su objetivo es imponer, cueste lo que cueste, su código de valores morales, aunque sea invadiendo el ámbito privado. Es un asalto en toda en regla a los hogares españoles y pretende utilizar como ariete la «perspectiva de género».

El PSOE se ha quitado la careta y en una proposición no de ley deja claras cuáles son sus intenciones: «En nuestra sociedad la sexualidad se enmarca en un modelo en el que la heterosexualidad es considerada prácticamente obligatoria, coitocéntrica y falocrática», por lo que defiende «un mayor conocimiento acerca de diferentes aspectos de la sexualidad que incluya tanto el plano de la igualdad y la diversidad como el de los comportamientos sexuales de riesgo».

Su plan pasa por educar a los padres: «Hay que fomentar la realización de cursos formativos en los que se promueva la labor educativa de las familias para que realicen una adecuada formación afectivo-sexual, evitando la jerarquización de los valores masculinos sobre los femeninos».  Y todo porque, según los socialistas, «sigue existiendo una importante desconocimiento en todo lo referente a la educación afectivo-sexual».

Esta gente, en suma, viene a decirnos que como fallamos en la educación sexual de nuestros hijos, serán ellos quienes se encarguen de hacerlo. En el fondo, no nos engañemos, subyace su intención de imponernos su particular modelo de familia, con todos y cada uno de los elementos que configuran ese «progresismo» fatuo y reaccionario que quieren inocularnos para someternos. Dicen que quieren acabar con el modelo «falocrático», pero lo que buscan en realidad es acabar con nuestro modelo democrático.