Quien causa «terror sexual» por legislar a favor de los violadores eres tú, Irene

Quien causa «terror sexual» por legislar a favor de los violadores eres tú, Irene

En el colmo de la hipocresía, el Ministerio de Igualdad de Irene Montero -el mismo que ha promovido la ley del sólo sí es sí que se ha convertido en la mayor aliada de los violadores- acusa ahora a los medios de comunicación de infundir el «terror sexual» en la mujer por generar y reproducir «formas de violencia simbólica» contra las mujeres mediante «prácticas de ridiculización e invisibilización».

Y, como es natural, le sale el totalitarismo que rezuma y pide un «mecanismo» para «castigar» estas prácticas. Así, el ministerio reclama «incorporar códigos éticos de comunicación con perspectiva de género que rompan con las actuales resistencias y arbitrar mecanismos de control del tratamiento de la información eficaces para contribuir a la erradicación de la violencia contra las mujeres». Es de un cinismo insoportable responsabilizar ahora al mensajero después de que Irene Montero, por su probado analfabetismo legislativo, haya logrado que ciento cincuenta agresores asexuales hayan visto aminoradas sus penas o puestos directamente en libertad en aplicación de ese bodrio normativo por el que se han colado centenares de delincuentes.

El ministerio adoctrinará así a los medios contra los «enfoques sensacionalistas» que, considera, se ofrecen en las informaciones sobre «violencias machistas». También se plantean medidas para «erradicar la violencia simbólica y la violencia cultural ejercida contra las niñas, jóvenes y mujeres» además de «sensibilizar» a los medios de comunicación «para evitar mensajes que consolidan el relato del terror sexual», contenidos que buscarían condicionar la libertad de la mujer llegando a responsabilizarlas de las agresiones.

La desfachatez de esta gente no conoce límites. Si hay alguien que ha promovido el «terror sexual» entre las mujeres al premiar a los violadores con una ley abyecta ha sido el Ministerio de Irene Montero. En cualquier otra democracia del mundo, Irene Montero habría sido destituida de inmediato, pero en este Gobierno sólo tiene el puesto asegurado quien hace exhibición de su contumacia en el error.

 

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