¿Por qué serás más monárquico cuando leas esto?

¿Por qué serás más monárquico cuando leas esto?

En muchas ocasiones la ubicación de cada uno de nosotros entre monarquía o república no es consecuencia de una reflexión basada en términos objetivos, sino que se convierte en una cuestión alentada por una predisposición personal alimentada, generalmente, por la tendencia política donde cada uno se siente más identificado. Por ello, creo que es muy importante repasar algunos episodios de nuestra historia reciente que nos aporta importantes enseñanzas sobre el papel que la monarquía ha desempeñado en el desarrollo de España.

1. Ausencia de conflictos: Los últimos 44 años son el período de mayor estabilidad y paz interna en la historia contemporánea de España. Entre el siglo XIX y XX España vivió enfrentamientos graves con resultados dramáticos, pero ninguno de ellos se produjo durante el ejercicio de sus funciones de los monarcas. Baste decir que la Guerra Civil estalló bajo un gobierno republicano y el agravamiento de la fractura social se produjo tras la marcha de Alfonso XIII. Años atrás, especialmente coincidiendo con la I República se produjo la Tercera Guerra Carlista que llegó a provocar entre 7.000 y 50.000 bajas según diferentes estudios. La restauración borbónica en la figura de Alfonso XII supuso el final de dicho conflicto. Tanto este monarca como su hijo, Alfonso XIII, tuvieron que hacer frente a otras guerras, pero de carácter internacional, como en Cuba, Puerto Rico, Filipinas y Marruecos. En este sentido, Alfonso XIII evitó la entrada en la Primera Guerra Mundial de España y puso en marcha la que es considerada por los historiadores como la primera operación de mediación humanitaria, en la que se atendió a miles de víctimas de ambos bandos gracias a la labor del monarca.

2. Compromiso con la democracia: El estado de Derecho en el que vive nuestro país desde hace más de 40 años es fruto del compromiso con los valores de la democracia y libertad que el rey Juan Carlos I inició y su hijo el rey Felipe VI no sólo ha mantenido, sino que ha reforzado. El Rey Emérito demostró en la noche del 23-F de 1981 que no iba a dejar que el camino democrático iniciado en España años atrás pudiera verse frustrado por las pretensiones de un grupo de golpistas. Del mismo modo, el rey Felipe VI tuvo una reacción similar ante el golpe de Estado de los independentistas catalanes.

El rey Juan Carlos I sabía en 1981 que no cabían medias tintas como las que lastraron a su abuelo Alfonso XIII durante años por no saberse enfrentar en circunstancias similares a Miguel Primo de Rivera. En la actualidad, de todas las instituciones que forman parte de la estructura fundamental del Estado español, la monarquía es la que mejor ha evolucionado y eso es fruto al impulso dado por Felipe VI en la mayor operación de transparencia y de aperturismo a la sociedad. La consecuencia más importante es que, encuesta tras encuesta del CIS, se reafirma el apoyo de la ciudadanía a la monarquía.

Uno de los tópicos de quienes no apoyan la existencia de monarquía descansa en la idea de que la existencia de la figura de un rey no es compatible con la democracia. El caso español contradice claramente esta idea, al igual que lo casos del resto de monarquías europeas, como son Noruega, Bélgica, Dinamarca, Reino Unido, Países Bajos, Suecia, Liechtenstein, Mónaco y Luxemburgo. De hecho, el porcentaje de dictaduras asentadas sobre gobiernos republicanos supera con creces a las de las dictaduras en estados donde hay una monarquía.

3. Crecimiento y prosperidad: Éste es uno de los datos que menos veces se cita, pero si analizamos la trayectoria de la economía española en los últimos 150 años, basados en los estudios de investigadores como Leandro Prados de la Escosura, veremos que el mayor período de crecimiento se produjo por un lado en los 40 años antes de la II República, a finales de los años 50 y, fundamentalmente, con la llegada de la democracia. El crecimiento económico de España desde 1975 hasta la actualidad sigue siendo objeto de estudio en muchas universidades del mundo y un ejemplo a seguir por su modelo de transición democrática, pese al empeño de algunos por querer reinventar la historia de esos años que dieron paso a la democracia.

Aparte de los tres argumentos expuestos podríamos encontrar muchos más, como son la internacionalización de España, el progreso tecnológico, la alfabetización del país, el estado de bienestar, etc. De este modo, los primeros cinco años del reinado de Felipe VI son razón más que suficiente para celebrar no sólo dicho aniversario, sino porque han servido para consolidar el papel tan relevante que la monarquía desempeña en la historia de España.

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