Que la «regeneración democrática» empiece por RTVE, Pedro Sánchez

Editorial

Dice Pedro Sánchez que su plan de «regeneración democrática» establecerá un tope a la financiación con fondos públicos de los medios de comunicación que él considera «pseudomedios» y que, en su opinión, «no tienen lectores». Toda una declaración de intenciones del presidente del Gobierno, dispuesto a atentar contra la libertad de prensa bajo el falso pretexto de una financiación encubierta. En en el fondo se trata de amenazar a los medios que no le bailan el agua, porque si hablamos de financiación pública no estaría de más que el Gobierno detallara cuánto y con qué criterios se ha regado y se está regando a los medios afines, los mismos que ahora le animan a pasar de las palabras a los hechos y a aplicar la censura pura y dura. Porque el colmo de la hipocresía es que pretenda arremeter contra los medios críticos y haya convertido, sin ir más lejos, a la televisión pública en una sucursal del sanchismo, eso sí financiada con el dinero de todos los españoles. Cómo será la cosa de descarada que la mismísima Comisión Europea ha denunciado la creciente «influencia política» y el control en los medios públicos «estatales», es decir, RTVE. El último informe sobre el Estado de Derecho, de 2023, alerta sobre el «alto riesgo» de esa «influencia política en la práctica de los medios de comunicación de servicio público a nivel estatal, autonómico y local». Y como muestra, un botón: Concepción Cascajosa, militante socialista, consejera a propuesta del PSOE y candidata impuesta por Moncloa, ha logrado la presidencia provisional de RTVE. ¿Para RTVE no hay ningún plan de regeneración democrática?

Según el último informe de la UE, «el indicador de independencia de los medios de servicio público ha aumentado a un riesgo alto (67%)», con una alusión directa a RTVE y a la agencia EFE: «Los gobiernos y los partidos siguen ejerciendo presión e influencia sobre la alta dirección de los medios de comunicación públicos a nivel estatal, regional y local». Y «la propiedad o el control de la principal agencia de noticias financiada con fondos públicos (EFE) se considera inexistente, pero el nombramiento de su presidente depende del gobierno, por lo que la independencia de la influencia política no está completamente garantizada». Y otro aviso más: «Los informes anuales oficiales del Gobierno no explican la cantidad de dinero público que recibe cada medio. La información es opaca en cuanto a los fondos públicos con ese fin, y se han informado problemas relacionados con la transparencia y supuestas prácticas de asignación discrecional». O sea, que puestos a hablar de «regeneración democrática» que Sánchez se aplique el cuento.

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