¿Puede aguantar Sánchez?

¿Puede aguantar Sánchez?

El pollo sube un 32%, el campo se agosta, el sector transporte dice no poder más, los profesionales ven cómo su nivel de ingresos desciende alarmantemente, los autónomos apagan la calefacción (por imperiosa necesidad), a los empresarios pequeños y medianos no les llega el negocio al cuello, más de millón y medio de jóvenes en edad de trabajar ni estudian ni trabajan… Sólo doña Ana Patricia Botín parece estar satisfecha con la situación y apuntala jubilosa a un Gobierno que está claramente a la deriva, superado por todas las circunstancias, ocupado, exclusivamente, en el achique de agua.

Todavía queda en este viejo lar hispano prensa libre. Y a través de esa prensa libre, que no abreva bajo la zarpa del pequeño (éticamente hablando) zar monclovita, se informan millones y millones de humildes ciudadanos. Es comprensible su nivel de desaliento, miedo, incertidumbre o incluso desesperación. Hacía décadas que los sondeos de coyuntura no ofrecían un espectáculo tan desolador respecto a la realidad presente y, sobre todo, del futuro que les aguarda.

Para empañar aún más el cristal, ahí tienen un Gobierno socialcomunista que se tambalea a diario con sólo dar el intermitente. Se descuajeringa si se plantea la bajada del IVA; se matan entre ellos si hay que enviar armas al valeroso y corajudo pueblo ucraniano, se descompone si el señor Sánchez telefonea a Núñez Feijóo, se acuchillan entre ellos por quién se sube en el one force para acompañar a la Reina… No hay materia de la gobernanza que no produzca choque entre los agraciados en la tómbola Sánchez.

Mientras tanto, el jefe de todos ellos mete la cabeza bajo el Falcon, huye diariamente en busca de mejores caladeros donde le digan que es el más guapo, más listo y el que mejor habla inglés. Se hace organizar giras ridículas cuando los asuntos a tratar con sus pares europeos se pueden resolver en cinco minutos vía Skype, cuya conexión es, por ahora, gratis.

Cuando las bombas de Putin dejen de despedazar cráneos entre el sin par pueblo ucraniano, las grandes potencias de la UE le van a imponer sanciones interiores, esto es, que controle el gasto público, meta mano a las grandes Bolsas que desestabilizan la economía nacional y ponga orden en el carajal de la deuda pública y el gasto por cuenta corriente.

Al final de todo esto, ¿podrá aguantar Sánchez? Respondo: lo va a intentar desesperadamente. Ya lo intenta.

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