El PSOE, de los nervios: ¿quién le pone el cascabel a Ábalos?
El PSOE amaga, pero no remata: distintos dirigentes le sugieren al ex ministro de Transportes José Luis Ábalos que renuncie a sus cargos de manera inmediata por el caso Koldo, pero nadie se atreve a decirlo de una manera clara. Y es que Ábalos sabe demasiado o, mejor dicho, lo sabe todo del partido, hasta el punto de que algunos le califican de «caja negra». No en vano ostentó un poder absoluto en el PSOE y se conoce todos los entresijos y secretos. Vale más por lo que calla que otra cosa, de forma que en el Gobierno y Ferraz la consigna es forzarle a dar un paso a un lado, pero con cuidado, no sea que tire de la manta. Ábalos no es un diputado más, sino el hombre que tejió la estrategia que devolvió a Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE y el gran componedor de los acuerdos que permitieron que prosperara la moción de censura que le llevó a La Moncloa. Y desde que Sánchez decidió prescindir de sus servicios guarda un evidente resquemor por las formas en las que fue purgado.
De modo que si alguien da un paso en falso y se excede, el temor es que Ábalos y su entorno filtren informaciones que comprometan seriamente la figura de Pedro Sánchez. Por eso, la vicepresidenta primera, ministra de Hacienda y número dos del partido, María Jesús Montero, llegó al límite de su presión contra Ábalos, pero sin cruzar la línea, al afirmar, sobre la responsabilidad de su compañero en el caso Koldo y sobre si debería renunciar a su escaño, que «yo sé lo que yo haría». O sea, una respuesta medida que supone enseñarle la puerta de salida, pero sin pasarse de explícita. Ábalos es, a día de hoy, diputado en el Congreso y presidente de la comisión de Interior. ¿Quién le pone el cascabel a Ábalos? No parece que vaya a ser Pedro Sánchez, por la cuenta que le tiene. El problema es que el PSOE camina a estas horas sobre tierras movedizas, con el miedo a que el caso Koldo se convierta en un terremoto.
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