El PSIB y su doble vara de medir
A estas alturas de la película todos tenemos claro que si el incidente de Le Senne con la foto de Aurora Picornell le hubiera sucedido a un político de izquierdas con un retrato de alguien de derechas tan sólo habría sido «un pequeño accidente al que no hay que dar la menor importancia». Ni habría habido la menor manifestación, ni se habrían pedido dimisiones de nadie ni, por supuesto, habrían intervenido los Sindicatos.
Para el socialismo y sus satélites lo que importa no es la acción, sino quién la cometa. Es en función de la identidad cuando la maquinaria del fango pivota hacia un lado o hacia el otro. En estos años de sanchismo hemos visto como las sentencias judiciales son sólo papel mojado cuando el afectado es un socialista o como el nepotismo es moneda de cambio habitual para conseguir cátedras, conciertos o lo que sea necesario. En ese caso incluso la Agencia Tributaria es la primera en mirar hacia otro lado.
Iago Negueruela se ha imbuido de esta doctrina hasta sus últimas consecuencias. Es un fiel discípulo tanto de Pedro Sánchez como de Francina Armengol y lo acabamos de comprobar con su actitud ante el acto de profunda desfachatez e hipocresía cometido por el portavoz de Més per Mallorca en el Consell Jaume Alzamora. «No opino de lo que hacen las personas en el marco de la legalidad en su ámbito privado», se ha limitado a decir tirando balones fuera con el único objetivo de no incomodar a uno de sus socios. Al igual que sucede en España con Bildu y el independentismo, el PSIB es en Baleares prisionero de los ecosoberanistas. Tiene que decir amén y agachar la cabeza ante cualquier cosa que hagan o digan. No les queda otro remedio.
Sucede sin embargo que el PSOE y en consecuencia el PSIB han entrado en un callejón sin salida porque a la gente la puedes engañar una vez, pero no todo el rato, y hay pocos ya que defiendan la legitimidad de un partido político que se pasa la ley por el forro según le convenga. Sólo desde el fanatismo más radical se puede ya apoyar a una formación que absuelve a delincuentes condenados, que antepone su continuidad en poder a la igualdad del país, que ha aumentado la delincuencia en España hasta niveles impensables y que aquí, en Mallorca, consiente y calla ante partidos que dicen una cosa y hacen otra.