El profesor chiflado, versión 2016

El profesor chiflado, versión 2016

No me reía tanto desde que Jerry Lewis salió en la mejor versión de ‘El profesor chiflado’, ‘The Nutty Professor’, 1963. Había que ser un gran payaso, como aquel genio de la comicidad, para alegrarte la vida. Interpretó a un pedagogo de universidad de modo inigualable. Inigualable hasta que Pablo hiena, el líder de una masa iconoclasta, subió al estrado del Congreso una mañana de este otoño de 2016. Lo cierto es que también él, abanicando su coleta de lado a lado, estuvo muy, muy gracioso e hizo reír a todos los asistentes cultos, tras abrir el buche y soltar una cita histórica que carecía de pies y de cabeza, demostrando el papanatas que la ignorancia es atrevida, cuando no suicida y que, como llegó a sentenciar aquel rey Sabio Alfonso X: “Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen”.

Prosopopeya aparte, he aquí cómo coronó a grito pelado el profesor chiflado del s. XXI su ridícula, aunque divertidísima, intervención: “¡Doy gracias a las brigadas internacionales —como si se las das a la madre que te parió— por venir a España a combatir el fascismo y a la heroica bandera de la Cruz de Borgoña de los gudaris!”. ¡Chúpate esa, mandril! La sádica y carroñera hiena acababa de sufrir, en pleno hemiciclo, una regresión infantil de aúpa. ¿Qué coño tienen que ver los heroicos gudaris, cobardes soldados que se rendían tantas veces como entraban en combate, con la Cruz de Borgoña y el vino de la misma región, por no citar las bodegas de Burdeos? Me parece que no tienes nada claro quiénes eran los carlistas. Y desconoces que el fundador del PNV, ese chupacirios de Sabina Arana, se pasó de los nacionales a los rojos. Puede que seas profesor de ciencias políticas pero eres un profesor chiflado. En Historia, mereces un cero.

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