El PP balear se rinde al catalán

PP balear catalán

Resulta absolutamente incomprensible que el PP balear haya sumado sus votos a los socialcomunistas para aprobar una proposición no de ley (PNL) en la Comisión de Turismo, en la que exige a AENA que use el catalán de forma preferente en la toponimia en los aeropuertos de Palma, Mahón e Ibiza. Una cosa es el respeto y defensa de las lenguas oficiales y otra, bien distinta, hacerle el caldo gordo al separatismo, pues la iniciativa insta al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible a revisar las denominaciones oficiales que designa y publica en el Boletín Oficial del Estado (BOE) para que respeten las denominaciones de los topónimos en las lenguas oficiales en todas las comunicaciones e informaciones de los aeropuertos españoles y, especialmente, a los que hacen referencia a la lengua catalana en los aeropuertos de las Islas. Estamos ante lo de siempre: el complejo sempiterno de una derecha que parece incapaz de hacer frente a los dogmas ideológicos de una izquierda que ha logrado -duele decirlo- imponer su relato.

Si la izquierda defiende una política que, por ser concretos, consiste básicamente en orillar al castellano, lo cierto es que parece obvio que tras la justificación de lo que la izquierda defiende como normalización se esconde  un interés por doblegar el uso del español. Esta iniciativa parlamentaria no es nueva, ya que en la primera legislatura de Francina Armengol al frente del Govern balear, en concreto en el año 2016, la dirección general de Puertos y Aeropuertos de las Islas Baleares ya remitió al ente aeroportuario una reclamación en este sentido. Lo que no tiene lógica ninguna es que el PP siga la línea de la izquierda y admita -no se sabe muy bien por qué- que el catalán tenga una suerte de superioridad moral sobre el español, cómo si fuera imposible plantar cara a una  política idiomática marcada claramente por el sectarismo. A esto se le llama complejo de denominación de origen.

 

 

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