El mundo del dinero pide audiencia a Feijóo

Alberto Núñez Feijóo

Fue uno de los agujeros más descriptibles en los tres años de Pablo Casado al frente del Partido Popular. Nunca creyeron que el palentino pudiera desplazar a un Pedro Sánchez resabiado y abusón. Al final, la política es credibilidad con miajas de confianza.

Todavía no ha sido investido en calidad de comandante en jefe y el mundo del dinero, entregado durante los últimos años por lo general al caudillo socialista, empieza su ¡Vista a la derecha! Han celebrado con ilusión renovada el desembarco del muchacho de Los Peares (Orense) para ponerse al frente de la alternativa de centroderecha.

Los teléfonos y los emails no paran de llegar al despacho de la Presidencia (Xunta) porque, oficialmente, Alberto Núñez Feijóo no tiene despacho en la calle Génova 13, edificio que se niega a abandonar porque le parece una “chiquillada”. Los empresarios conocen ya a Sánchez. Saben que tan singular personalidad humana y política es menos fiable que los cubiletes en la sevillana calle Sierpes. Cierto es que Nadia Calviño es una persona que los entiende; sin embargo, la ministra de Economía no tiene poder político reconocido en el Gobierno. Necesitan otra cosa. Feijóo viene de gestionar durante catorce años una autonomía y anteriormente, de dirigir Correos y el Insalud. Conoce a todos los grandes empresarios del país, singularmente a su paisano Amancio Ortega, Galán, RoigCatalán y también a los autónomos. No hace falta que le expliquen de qué va la cosa.

Debería tener cuidado, sin embargo, a la hora de mantener su independencia política porque en ese predio cada uno va a lo suyo y un líder que aspira a gestionar la nación tiene que tener las manos libres. Dicen que los consejos en ese tema y otros de su amigo Mariano Rajoy le están abriendo los ojos de una realidad que es más compleja que la gallega. Sobre todo, a la hora de evitar fotografías como las de un conocido narco que resultarían letales para su carrera política y los intereses del partido que le sustenta. Escrito lo anterior, tengo que decir y digo, que la única hoja de ruta viable para Feijóo y el PP es la victoria. Victoria o averno. Por eso, hoy Casado está en busca de empleo.

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