Menos mal, que nos queda Portugal… O pagar

Menos mal, que nos queda Portugal… O pagar
Menos mal, que nos queda Portugal… O pagar

El Instituto Nacional de Estadística ofrece datos curiosos, como que Martín y Lucía son los nombres que más se ponen a niños y niñas. No podemos saber los nombres más comunes entre les niñes porque el INE no los da, pero seguro que Irene Montero, en cuanto se entere de esta discriminación, se pone a ello, que para esas cosas tenemos un Ministerio.

Otro dato interesante que nos da el Instituto, ahora que está de moda hablar de impuestos, es que el número de residentes españoles en Portugal ha aumentado un 23% durante el sanchismo. Y no parece que sean emigrantes buscando mejores sueldos (pues allí son peores), sino que, como ya hizo El Rubius y otros tantos, yéndose a Andorra o Luxemburgo (donde también ha aumentado un 20% los residentes españoles), parece que muchos más ponen pies en la polvorosa fiscal y toman las de Villadiego.

Y es que hay comunistas y comunistas; a los de aquí les da por echar a los ricos, y a los de Portugal, por acogerlos. Y así nos va. Ya hace tiempo les contaba en este diario cómo Boris Johnson llamaba a abandonar el bullying a los ricos: “Tendrían que recibir títulos de caballero por su contribución a la Hacienda del Reino Unido –decía-, ya que pagan casi el 30% de todos los impuestos sobre la renta y del seguro nacional, con los que podemos cuidar de nuestros enfermos, de nuestros ancianos y para la construcción de carreteras, ferrocarriles y escuelas”.

Boris Johnson sabía que los gobernantes pueden escoger entre que paguen más los ricos o que haya más ricos que paguen. Pero las dos cosas a la vez nadie lo ha conseguido. Salvo Sánchez, que ha encontrado la fórmula secreta para que el número de ricos no baje: basta reducir el importe para considerarlos como tales. Así se entiende que en España te apliquen el tipo máximo del IRPF en cuanto llegas a 60.000 (frente a 280.000 en Portugal).

Ahora Sánchez ha sacado su disfraz de Robin Hood y nos explica que son los ricos los que pagarán y que los impuestos son para colegios y hospitales. Pero ya sabemos que los ricos pueden decir aquello de Menos mal que nos queda Portugal; y los demás, mientras tanto, a pagar. Y no sólo los colegios y hospitales, sino las tonterías de Irene Montero, los 22 ministerios y todos sus chiringuitos. En fin, que mienten más que Íñigo Onieva.

 

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