Una medida mortal
Antes de la aprobación del estado de alarma y del disparo de los contagios por el brote del 8-M, cuando no había todavía una situación de colapso hospitalario, el Gobierno socialcomunista, el 5 de marzo, exigió a los geriátricos que dejaran en sus habitaciones a los mayores con «sintomatología respiratoria aguda». El texto que publica OKDIARIO fue emitido oficialmente con el nombre “Documento técnico. Recomendaciones a residencias de mayores y centros sociosanitarios para el COVID-19”. En el apartado sobre “Medidas generales de información y actuación dirigidas a los directores o responsables de los centros para protección de la salud de residentes”, se afirmaba: “Como norma general, todos aquellos residentes que presenten sintomatología respiratoria aguda, deberán restringir sus movimientos lo máximo posible y quedarse en una habitación con buena ventilación (preferiblemente al exterior) e idealmente con un baño propio”.
O sea, que en ningún caso se pedía su traslado al hospital, ni la preparación de unidades sanitarias especializadas dentro de las residencias. Lo único a lo que se instaba era al confinamiento de los mayores en sus habitaciones. El texto daba más indicaciones: «Las salidas a las zonas comunes deberán restringirse al mínimo posible y si éstas fueran necesarias, deberán llevar una mascarilla quirúrgica».
Más claro agua: la solución ofrecida por el Ejecutivo socialcomunista a los mayores sospechosos de padecer el coronavirus no fue la de dispensarles asistencia sanitaria, sino recluirles en sus cuartos. Esa fue la única medida ordenada por el Ejecutivo, que ahora trata de descargar su responsabilidad sobre las espaldas de las comunidades autónomas y más especialmente sobre las de Madrid.
No hay datos oficiales de fallecidos por coronavirus en las residencias de mayores, pero las estimaciones estiman que puede haber alrededor de 20.000. ¿Cuántas de estas muertes podrían haberse evitado si el Gobierno no hubiera decidido confinarles en sus cuartos? Y otra pregunta: ¿Si en esa fecha, 5 de marzo, el Gobierno insistía en que no había riesgo de un contagio masivo, por qué no se permitió que los mayores sospechosos de estar infectados, recibieran atención hospitalaria? Algo no cuadra. En cualquier caso, esa decisión del Gobierno resultó mortal.